EL CRONISTA OFICIAL DE INGENIO (GRAN CANARIA) RAFAEL SÁNCHEZ VALERÓN ILUSTRA LA FIGURA DEL CANÓNIGO DOMINGO MORALES GUEDES EN EL PROGRAMA DE FIESTAS EN HONOR DE NUESTRA SEÑORA DEL BUEN SUCESO DE CARRIZAL (GRAN CANARIA)
Carrizal, (Gran Canaria) a lo largo de su historia, ha sido cuna de ilustres hijos que destacaron en distintos campos, muchos desconocidos y otros no suficientemente estudiados; de algunos se trazan breves pinceladas, habiéndose escogido como protagonista al sacerdote Domingo Morales Guedes, que llegó a alcanzar los más altos cargos en el clero secular de las Islas, compartiendo a lo largo de su carrera tareas religiosas entre Las Palmas y La Laguna.
Nació en Carrizal el 30 de junio de 1803, hijo de Juan Morales Collado y María Ana Guedes Morales; fue bautizado en la Parroquia de San Sebastián de Agüimes por su tío el presbítero Pedro Miguel Guedes Morales, Mayordomo del Comunal Grande de la Catedral, actuando de padrino otro insigne carrizalero, el Teniente Capitán Tomás Sánchez Maldonado.
Tuvo un hermano con su mismo nombre nacido en 1793, además de: Antonia (1779); Francisco Javier (1780), médico de las tropas reales en la Villa y Corte de Madrid; Ángela (1782); José Antonio (1784); Pedro Juan (1789), regidor y síndico personero del Ayuntamiento de Ingenio; Luis (1791), fuerista de artillería de la fortaleza militar de Gando, casado con María del Jesús Ramírez Suárez, hija de José Ramírez, primer alcalde real de Ingenio; Luisa (1795); Juan Agustín (1798), Capitán de Milicias del Regimiento Provincial de Telde y Comandante de Armas de Ingenio; Isabel (1800).
Realiza estudios eclesiásticos, siendo admitido en 1825 como colegial pensionista en el Seminario Conciliar, obteniendo ese mismo año la Cátedra de Latinidad en propiedad. Doctor en Derecho Canónico, recibió las órdenes mayores en 1829. Al crearse los estatutos para el régimen de los Colegios de Abogados del Reino, como Doctor en Jurisprudencia, se encontraba entre los 19 abogados habilitados en La Laguna en 1838. Nombrado vocal de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos en 1844.
Siendo Canónigo de la Catedral de La Laguna, fue en ese año cuando su pariente y paisano el Mariscal de Campo Francisco Tomás Morales Afonso, en el último año de su vida, se interesa por su traslado a una Canonjía en la Catedral de Las Palmas, pero continúa en Tenerife y es en 1848 cuando el Cabildo Catedral, al quedar vacante la sede por traslado del Obispo, lo nombra Vicario General y Gobernador Eclesiástico de la Diócesis Nivariense el 22 de julio.
Destaca especialmente su actuación en 1851 para evitar que en Tenerife se propagara el cólera morbo que asolaba Gran Canaria, cediendo ermitas para poder habilitar camas en ellas y establecer casas hospitales; epidemia especialmente virulenta en su Carrizal natal y en su propia familia, falleciendo varios de sus hermanos y sobrinos.
Renunció a su cargo en la Diócesis en mayo de 1853, habiéndole tocado vivir una etapa especialmente difícil en plena crisis regional tanto en el plano político como religioso. De nuevo en Las Palmas, fue Provisor y Vicario General del Obispado, siendo promovido a la dignidad de Arcipreste. Su interés por la cultura local le llevó a ser nombrado miembro de la comisión general de monumentos de la provincia de Las Palmas y visitador de los establecimientos de beneficencia.
Como socio de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, formó parte de la Junta General de la Exposición Provincial de Agricultura, Industria y Artes, celebrada en 1862 en Las Palmas. Ostentó también el cargo de examinador del Clero.
Poseía algunos bienes heredados de su padres y adquirió distintas propiedades de gran valor: una suerte de tierra en la Montañeta de Ortega con distintas porciones de agua de los heredamientos Principal y Majoreras; 13 fanegadas de tierra y remanientes de agua en Marfuz; hacienda en los Barranquillos, con 36 horas de agua del heredamiento de los Barranquillos con estanque, dos casas y alpendre; una casa en la calle Colegio de Las Palmas, además de varios trozos de tierra en las Rosas, una cueva en la Montañeta de Agüimes junto al barranco de Guayadeque y una casa terrera en la Plaza del Carrizal.
En su testamento otorgado en 1866, lega todo su patrimonio a sus numerosos hermanos y sobrinos. Presentó su renuncia por motivos de edad en Julio de 1866.
Falleció en su casa de la calle Colegio en Las Palmas de Gran Canaria en la madrugada el 20 de diciembre de 1868, cuando contaba 65 años, después de una lenta enfermedad, sin que se alterara su paciencia habitual, conservando su carácter suave e inofensivo con el que supo granjearse pública estimación.
Acompañaron su cadáver el Cabildo Catedralicio y una comitiva de las más numerosas que en tales ocasiones suelen verse, siendo sepultado en el panteón capitular del cementerio de Las Palmas.