POR APULEYO SOTO PAJARES, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID)
Adiós, Manu, mano escritora mía. Cuando entré a colaborar en tu agencia COLPISA, me dijiste «déjate de adjetivos; no hagas poesía, haz periodismo», pero le permitiste hacer lo mismo a Umbral y por el adjetivo triunfó.
Era él, ya, intocable, por ti, en los múltiples periódicos de la cadena, una cumbre inaccesible. No te lo reprocho, qué va, te lo agradezco. Y agradezco tu modo de pisar la tierra, toda la tierra del mundo real encarnizado, de la que volvías cargado de experiencias.
Experiencia pura es/fue tu pluma a ras de tierra, aire, agua y sol, el sol de tu alegría contaminadora, a pesar de todo. Al volver de las guerras, te ponías morado de vino y tapas en los bares de la zona de Padre Damián, con nosotros, los tuyos, a tu alrededor, a los que invitabas sin rechistar, ay de aquel que rechistara…
Tu escudero Fermín Cebolla, al que seguiré adorando, sabe mucho de esto, lo sabe todo, aunque calla. Y otros muchos lo sabíamos desde el principio, antes de que llegaran los babosos adosados, que te halagaban sin haberte conocido en la trinchera del periodismo democrático.
«Vete a la carretera de Colmenar tú que trabajas en el gabinete de prensa de la Universidad Autónoma de Cantoblanco», me indicaste la tarde del golpe militar de Tejero el 21 de febrero del fatídico año en que se quisieron cargar los coroneles la democracia andante, y allí me fui con Mercedes Rodríguez, beatífica ella, y allí me encañonaron los mílites nerviosos: «Siga, siga, no pasa nada».
Nada pasó, al fin y al cabo. Tú me lo dejaste transmitir. En las hemerotecas yacen mis impresiones de esa tarde y esa noche, luego, en la sede del Partido Comunista, calle de la Santísima Trinidad, de la que me echaron a puntapiés porque tenían miedo.
Que aprendan los que aun no saben la verdad. Manu querido, Dios te guarde en su corte celestial, yo no te olvido, no podré olvidarte, aunque me recortaras los adjetivos, ahora tan precisos y preciosos para ti: insobornable, valiente, atento, displicente, periodístico total.