POR JOSÉ ANTONIO RAMOS RUBIO, CRONISTA OFICIAL DE TRUJILLO (CÁCERES)
Lamentablemente traigo a «Comarca» mi pesar por el fallecimiento reciente de Lorenzo Gallego Castuera, un hombre que triunfó en el ambiente musical llevando la alegría a los ruedos con su orquesta.
Igualmente, expresar en nombre de su hermana Maruja Gallego y de aquellas personas que le han conocido la honda emoción y el generalizado sentimiento de admiración hacia una persona que ha dedicado toda su vida a la música.
Escribir unas notas sobre Lorenzo Gallego Castuera me llenan de emoción por tratarse de una persona cercana a mí, el parentesco nos viene por mi abuelo paterno. Lo haré de forma testimonial, con la subjetividad de implicado, que afortunadamente he tenido, sin ahondar en aspectos biográficos, solo pretendo refrescar la memoria, puesto que todo lo que voy a expresar no me gustaría que se desvaneciera una vez, suenen, las notas de algún pasodoble en la Plaza de Toros de Las Ventas, esta vez sin la dirección de Lorenzo, que como buen trujillano nunca tuvo grandes ambiciones para con su trabajo, simplemente lo plasmó con tesón y talento para que el público lo disfrutara. Mi verdadero tributo será, como tantas veces he hecho con otros amigos dedicados a la música o a la literatura, interpretar a algunos de ellos y pretender de vosotros que vais a leer este artículo que evoquéis el escenario que les albergó en su momento –el coso taurino- y el espíritu que impregna a todo aquel que viva en esta tierra y la sienta como suya y se sienta feliz con la Fiesta Nacional por su arraigo historial en nuestro país.
Lorenzo Gallego Castuera, dejó su cargo un domingo 14 de marzo y curiosamente ha fallecido también en este mes, coincidiendo con el comienzo de la temporada en Las Ventas.
Lorenzo nació en Trujillo el 29 de mayo de 1928, el único hijo varón de cuatro hermanos del matrimonio entre Candida Castuera y Francisco Gallego, se bautizó en la iglesia de San Martín. Su afición a la música le viene desde pequeño, su padre y su tío Miguel eran componentes de la Banda Municipal de Música de Trujillo. Latía una enorme coherencia ideológica y de valores. Fue esta coherencia la que inspiró, tanto su compromiso en el ejército, como su búsqueda intelectual y su vertiente musical.
Se alistó al ejército como voluntario en Cáceres, por sus dotes para la música rápidamente formó parte de la Banda del Ejército, estuvo destinado en varios lugares de España, Barcelona, Orense, Menorca y Pamplona, donde también dirigió la Banda de Música taurina durante 20 años, aquí se retiró del ejército. Durante un tiempo esporádico viviendo en Francia, se instala en Madrid donde es nombrado director de la Banda de Música de Las Ventas, donde ha permanecido 32 años. El mero hecho de dedicar toda una dilatada trayectoria vital a una profesión, cualquiera que sea, ya es algo digno de encomio, pero si además esta ocupación es la de Director de Música, la admiración se engrandece. Un maestro que ha dejado huella en los cosos taurinos por otras faenas realizadas al son de la música y con su batuta. Siempre resulta gratificante escuchar a personas de cierta edad que rememoran con cariño a sus maestros, o casi mejor, a su maestro, uno, el que nunca olvida. La figura del director de la Banda tiene un papel importante, al ser el transmisor de la idea musical desde el compositor hasta el público.
A lo largo de su carrera ha sido autor de más de cuatrocientos pasodobles taurinos y bailables, y música diversa, un currículo de 2100 títulos, dirigiendo la prestigiosa Banda de Música de Las Ventas durante 32 años nunca ha faltado a un solo festejo, teniendo que ver de vez en cuando por el rabillo del ojo los lances taurinos de los más acreditados toreros que han pisado la plaza, ya que su disposición en la Plaza de Toros era siempre a la espalda del ruedo, dirigiendo a su Banda. Su cargo será ocupado por su compañero durante 30 años Francisco García López, miembro de la banda de música desde 1980. Lástima que los músicos tengan una gran desventaja respecto a los demás creadores a la hora de llegar a ese gran público y convertirse en parte de nuestro patrimonio con el merecimiento que requieren; esta adversidad es la que le imprime el carácter especial a la Música: su abstracción, su falta de corporeidad y su dependencia de un intermediario entre el creador y su público: el intérprete. Esperemos que algún día vean la luz impresa las obras musicales creadas por Lorenzo Gallego.
Todo esto hace que una gran parte de la música que se ha escrito en cualquier época y en cualquier lugar, duerma en algún archivo o en algún cajón olvidada, a la espera de que alguien le de vida, la haga sonar o la publique en papel impreso.
Los últimos años de su vida, ya jubilado los ha dedicado a su esposa Felisa y a sus tres hijos, así como a aspectos que el trabajo cotidiano le impidió realizar con la intensidad deseada.
No encuentro las palabras adecuadas para expresarte mi máxima admiración y respeto, y, sabiendo de la sencillez de su carácter, acierto a decir, simplemente, gracias por esas tardes maravillosas que has hecho pasar a los amantes de la Fiesta Nacional. Escaso discurso para tanta deuda. Vaya mi público reconocimiento de la misma, mi gratitud, el testimonio de la verdadera amistad y familiaridad, mi máximo cariño al último Director de la Banda de Música de Las Ventas.
Sirva pues todo lo dicho para el propósito que al comienzo he manifestado, ya que como amante del arte, estoy en la obligación de servir de puente entre los creadores y el público, pero, quiero una vez más resaltar la calidad de todos estos artistas trujillanos, que por desgracia han fallecido, la mayoría desconocidos, como el maestro Higuero en la Zarzuela, Reyes al órgano, el propio Director Lorenzo Gallego, y tantos otros, y mi empeño en que su obra no permanezca en el olvido, cuando desaparezcamos todos los que hoy somos conscientes del valor que poseen.