POR JOSÉ MANUEL JERÉZ LINDE, CRONISTA OFICIAL DE E.L. M. DE GUADAJIRA (BADAJOZ).
Hace tan solo unos días volví a reconocer la silueta del campanario de la pequeña iglesia de Pajares de la Rivera (Riolobos, Cáceres). Me sorprendió gratamente la más que necesaria rehabilitación del edificio, tras mi visita en octubre de 2019. En aquel año me encontraba inmerso en un proyecto de documentación de las obras artísticas de los poblados de colonización. En este caso de Pajares de la Rivera no nos quedaría otra opción que conformarnos con la contemplación de las vidrieras de Ángel Atienza. No pudimos acceder al interior que tenía tapiadas las entradas bajo los soportales.
Nuestra visita nos llevaría a interesarnos por el resto de edificios de esta localidad que parecía conservar aún muchos de los elementos y mobiliario originales. Accedimos a las antiguas escuelas, convertidas lamentablemente en una escombrera de ripio. Costaba imaginar aquel recreo del que emergía un tobogán entre el pastizal, era sin duda, un paisaje desolador que daba idea de abandono. La tarde caía y amenazaba lluvia pero por fortuna llegamos a conocer a un vecino, inmerso en sus tareas de rehabilitación de su vivienda, y que amablemente nos invitó a conocer. Hizo hincapié en la conservación de la arquitectura primitiva, mostrándonos las dependencias, la chimenea, los suelos y el patio.
Ha sido gratificante, sin duda, volver a reconocer este campanario iluminado y limpio que sugiere vida.
FUENTE: J.M.J.L.