POR JOSÉ MARÍA SAN ROMÁN CUTANDA, CRONISTA OFICIAL DE LAYOS (TOLEDO).
El pasado viernes, la Asociación Cultural ‘Montes de Toledo’ abrió el curso con la presentación de tres monografías editadas a lo largo de este verano.
Una de ellas, fue la titulada ‘El desarrollo de los Montes de Toledo a través de su paisaje cultural’, cuya autoría corresponde al vicepresidente de la entidad, Jaime Gallardo Alamillo, acompañado de interesantes fotografías cuya autoría corresponde a María Jesús Merlo Garrido.
Un trabajo tremendamente sugerente para quienes conocen la comarca de los Montes de Toledo, y más aún para quienes buscan una orientación para poder adentrarse en los intersticios de la cultura monteña. El paisaje, entendido desde el punto de vista patrimonial, es un recurso de una gran utilidad a la hora de elaborar planes de actuación, puesto que, como señala el autor, «el paisaje cultural conforma y da identidad a un territorio con una serie de valores naturales y culturales determinados que deben ser preservados». Los Montes de Toledo, a pesar de ser una comarca desconocida por mucha gente, se configura como un corazón cultural de las provincias de Toledo y Ciudad Real, con una historia que se dilata en el tiempo desde el año 1246 hasta hoy.
El valor de esta obra fue perfectamente expuesto por el encargado de presentarla, el afamado turismólogo toledano Ignacio Ruiz Guerra, quien expuso el principal argumento impulsor de la vida de cualquier proyecto cultural en el que el paisaje tenga algo o mucho que decirnos: ‘creer y crear’. Y tanto me ha marcado esa frase que he querido que sea el título de la columna de esta semana. Porque, queridos lectores, no se puede crear ninguna infraestructura cultural sin que exista previamente el elemento de autoestima colectiva del lugar donde se pretende crear y difundir cultura.
El estudio de Jaime Gallardo precisamente comienza su apartado de propuestas con la identificación de la comarca a través de su paisaje y -esto es lo fundamental- en su conjunto. Se hace absolutamente imprescindible hacer de la comarca un todo, puesto que eso es lo que garantizará no solo su continuidad, sino lo que también mantendrá su sentido histórico y sus singularidades territoriales. Ya he dicho muchas veces en este espacio que el comercialismo es un mecanismo que crea riqueza si se sabe utilizar. ¿Acaso el turismo bien entendido, bien formulado y entendido desde un punto de vista multidisciplinar no es una garantía de calidad? En efecto, los municipios que conforman la comarca cuentan con un ímprobo patrimonio cultural que, por cierto, en no pocos casos sufre de las agresiones humanas y del menoscabo por el mero transcurso del tiempo.
Para ello, la coordinación administrativa es fundamental. De nada sirven los planes segregacionistas cuando lo que se debe buscar es un criterio unánime a través del cual canalizar las propuestas, de elaborar un Plan Director o de elegir cuál es el destino que se quiere dar a los recursos de los municipios. De haber existido en su momento este criterio unánime, seguramente se hubiesen evitado algunas ‘fiebres’ típicas de los últimos veinte años, de las que el profesor Ruiz Guerra, tales como ‘la del ladrillo visto’ o la urbanización masiva de terrenos dentro de municipios con los que, sin embargo, nada tiene en común el nuevo recinto.
Se habla mucho del turismo como finalidad económica, pero poco como lo que en realidad es: un recurso y una herramienta. La obra de Jaime Gallardo, concibiendo un plan de actuación integral a través de la comarca de los Montes de Toledo, no hace sino reconocer esta realidad que no es visible para algunos: la necesidad de entender el turismo como una forma de lograr fines en otros muchos ámbitos. ¡Y lo que es más! Se defiende y preserva el patrimonio inmaterial, que en algunos casos se ve abocado a su extinción. Precisamente, el estudio busca una visión plural del territorio que somete a examen, pues, lejos de quedarse en las meras rutas históricas, profundiza en las posibilidades urbanísticas, en los recursos señaléticos, en las rutas gastronómicas, en los recursos naturales, en los nuevos modelos de turismo, en el marketing digital con segmentación de demanda…
Y no les cuento más, que los spoiler no son buenos. Les recomiendo que se pongan en contacto con la Asociación Cultural ‘Montes de Toledo’ y pidan que se les haga llegar esta monografía. Descubrirán una comarca que seguramente no conocían y que, con toda seguridad, les va a ofrecer muchas sorpresas.
FUENTE. J.M.S.R.C.