POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

Los desiertos de Egipto -ya desde los primeros tiempos del cristianismo- fueron refugio de fieles cristianos que, de una parte, destinaban su vida a la penitencia y oración y, de otra, buscaban refugio ante las persecuciones romanas. Muchos de sus pensamientos y muchas de sus enseñanzas fueron recopiladas, en los finales del siglo V, bajo el título de Apophthegmata Patrum (Apotegmas de los Padres del Desierto). Entre los muchos eremitas, ascetas y monjes del desierto destaca ABBA ANTÓN , también conocido como San Antonio Abad, y San Antonio del Desierto (251-356).

Hijo de familia noble y rica, cuenta su biógrafo San Atanasio, a la edad de 20 años vendió todos sus bienes y destinó el dinero a los necesitados; después se retiró al desierto, en las montañas de Pispir, en vida de oración y penitencia.

Se cuenta de él que en sus épocas de ayuno únicamente se alimentaba con un poco de pan que un cuervo le traía en su pico (detalle que se observa en el cuadro de Velázquez, que reporducimos); circunstancia que le hizo patrono contra los males derivados de la ingesta de pan envenenado con cornezuelo de centeno y, después, en siglos posteriores de todo tipo de animales.

En recuerdo de esto los Hermanos de San Antonio, orden religiosa establecida en Europa a partir del siglo XI, fomentaron la costumbre de elaborar unos panecillos el día de la fiesta, que es el 17 de enero, para repartirlos a los pobres. En Madrid los hacen, según fórmula secreta, los Padres Escolapios.

Por tierras andaluzas y valencianas celebran al Santo con hogueras y grandes fiestas en las que, asignándole un patronazgo especial sobre los cerdos, le cantan coplas de este tenor: «San Antón es un francés / que de Francia a España vino./Y lo que trae a los pies/ es un hermoso cochino». O esta otra:»San Antón mató un marrano/ y no me dio las morcillas./ ¡Quién le diera a San Antón/ con un palo en las costillas!».

Morcín, en Asturias, festeja a San Antón con pote de nabos, casadielles y quesu de afuega´l pitu. Ténganlo muy presente en sus proyectos de «fin de semana».