POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA- CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
Nunca Ulea ha tenido pistas de aterrizaje. Los aviones tienen sus aeropuertos de salida y llegada, pero el pasado día 4 de junio, un avión se vio obligado a realizar un” ATERRIZAJE DE EMERGENCIA”, en territorio uleano.
El periódico “El Liberal de Murcia” del día 7 de junio de 1928, lo describe así:
En los terrenos de CAMPOTÉJAR, se vio obligado a efectuar un aterrizaje de emergencia, por averías en el motor, el aeroplano H-9181, pilotado por el comandante Estévez, que se dirigía al aeródromo de Los Alcázares.
El aterrizaje lo realizó el aparato, en aquellos parajes, con toda normalidad, a las 11 de la mañana del día 4, de este mes, y una vez en tierra, el piloto, Sr. Estévez y el mecánico, procedieron a reparar las averías.
Al siguiente día, cuando creyeron que el aparato se hallaba en condiciones de reanudar el vuelo, decidieron elevarse, a las 10 de la mañana; pero al sobrevolar Lorquí, notaron el mismo defecto que les obligó a efectuar un aterrizaje de emergencia, el día anterior, por lo que se vio obligado a regresar al campo uleano, para realizar un nuevo aterrizaje forzado por las circunstancias.
Al querer tomar tierra lo hicieron en un trozo de campo que está una vara más alto que el contiguo y el ala y las ruedas tropezaron en el margen, dando lugar a que el motor, en un cabeceo repentino, se incrustara en la tierra y que, al vencerse del lado izquierdo, se desprendiese el ala de dicho lado.
Por fortuna, el Sr. ESTÉVEZ, y su mecánico, han resultado ilesos. El aparato ha quedado, casi, destruido y es custodiado por una pareja de la Guardia Civil.
Multitud de uleanos, y de los pueblos vecinos, salieron al campo de Campotéjar, ubicado al sur del término municipal de Ulea fronterizo con La Capellanía, de Archena y el Fenazar, de Molina de Segura, para contemplar tan insólito acontecimiento.
El paraje de Campotéjar, apenas ha estado poblado por más de una docena de familias. Sin embargo, tenía una venta; que hacía de frontera entre Ulea y Archena. Allí acudían a tomar unas copas o hacer comentarios de la agricultura y su escaso rendimiento económico. También surgían los comentarios sobre los aviones que aterrizaban, cargados de material bélico; sobre todo: durante el tiempo que duró la contienda bélica, años 1936 a 1939
Los caminos de Cuesta Blanca y Rambla del Tinajón se vieron muy concurridos. Los uleanos acudieron en masa a las inmediaciones del aeródromo, para contemplar al avión empotrado en un margen del terreno: parecía una verdadera romería.
FUENTE: EL CRONISTA