No se sabe desde cuándo, en Fuente-Tójar se viene celebrando cada 19 de marzo una fiesta campestre conocida como “la merendica de San José”; si bien, a partir de 1974 tornó su nombre por el de “Romería de San José”, cambio que también afectó al lugar de la celebración: hasta 1973 se realizaba en el paraje conocido por la “Fuente de la Zarzuela” (LÁM. 1) y desde el año siguiente lo hace en el Cerro de la Mesa, “monte isla” de 659 m. de altitud con amplio horizonte paisajístico y viejo sabor histórico, pues aquí se ubicó en el milenio III a.C. un poblado calcolítico.
Y es que resulta que al primer sitio (La Zarzuela), además de estar más alejado del pueblo, era imposible llegar con medios mecánicos por la estrecha, zigzagueante y pendiente vereda, cosa que no ocurre con el paraje de “La Mesa”, en donde es más fácil el acceso por el camino abierto en 1974 con azada, pico y pala por un buen número de voluntarios tojeños. Otro de los motivos para elegir la zona para que se celebrara la Romería fue la existencia de una amplia explanada y estimarlo como lugar idóneo para la erección de una ermita en honor al Santo, pequeña iglesia que comenzó a levantarse en 1974 en un terreno que donó para tal fin Agustín Ortigoso Leiva a petición de Antonio Sánchez Pimentel y cuyo costo corrió a cargo de prácticamente la totalidad del municipio tojeño.
La ermita fue consagrada por el obispo de la Diócesis en 1976 (LÁM. 2, arriba), si bien la primera vez que se celebró misa fue el año anterior, ya que en 1974 no pudo ser porque comenzó a llover cuando la gente comenzaba a subir al cerro y los coches patinaban por el empinado camino terrizo (la presente comunicación es un anticipo de un mayor trabajo que estoy elaborando en el que narrarré las peripecias, que fueron bastantes, ocurridas aquellos tiempos).
Como se ha comentado, lo más característico de ese día es y ha sido siempre “la merendica”, comida en la que entra, entre otros alimentos, el peculiar “hornazo”. Éste está elaborado con miga de pan cocido perfilado en forma de gallina incubando un huevo, detalle que recuerda las viejas fiestas paganas greco-latinas: la gallina echada sobre el huevo significa el resurgir de la Naturaleza en la Primavera con la eclosión del polluelo y el renacer y florecimiento de las múltiples especies de los reinos animal y vegetal.
BIBLIOGRAFÍA: RUIZ GONZÁLEZ, M. “MANUEL EL DE FAUSTO” (2007): Historia de la Villa de Fuente-Tójar, 319 pág. Ayuntamiento de Fuente-Tójar (Córdoba).
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