A ESTE ACTO ASISTIERON LOS CRONISTAS RICARDO GUERRA SANCHO CRONISTA DE ARÉVALO Y JOSÉ ANTONIO CALVO GÓMEZ, CRONISTA OFICIAL DE BURGOHONDO (ÁVILA)
Jesús María Sanchidrián se propone, como cronista oficial de la ciudad de Ávila, ser un “intérprete” para “compartir la intrahistoria” de la capital abulense, según se ha propuesto en el acto del nombramiento de un puesto honorífico, vitalicio y sin remuneración.
La crónica, ese particular género narrativo, puede servir para que la intrahistoria también se lea y se mire a través del espejo buscando identidades en Ávila”, en un “ámbito espacial que se extiende más allá de sus murallas y donde cabemos todos”. Es la ciudad “donde vivimos, aún desde la distancia e incluso cuando estamos ausentes, donde sufrimos y donde también disfrutamos”.
Lo ha expresado en un acto en el que el alcalde, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, le ha entregado el diploma y el pin que lo acreditan como tal. Ha contado con la asistencia de casi toda la Corporación municipal, y tres excaldes de la ciudad (José Luis Rivas, Agustín Díaz de Mera y Dolores Ruiz-Ayúcar), entre otros representantes institucionales, en un acto celebrado en el Auditorio Municipal de San Francisco en el que han actuado la Camerata Abulense y la Escuela Municipal de Música de Ávila.
También se encontraban los otros tres cronistas oficiales que hay en la provincia: Ricardo Guerra, de Arévalo; Antonino González Canalejo, de El Barco de Ávila; y José Antonio Calvo, de Burgohondo.
El nombramiento, adoptado por unanimidad en el pleno municipal, servirá para que el cronista oficial “defienda las las tradiciones y las costumbres, además de recopilar la historia de la ciudad y, por lo tanto, ser guardián de la memoria de los abulenses”, según el alcalde.
Jesús María Sanchidrián Gallego (Mingorría, Ávila, 1956), abogado del área de Urbanismo y funcionario municipal, e investigador de la historia de la ciudad, ha dicho que será un cronista que “no tendrá la función de historiador, ni de periodista, ni de guía turístico, aunque sí puede que haga un poco de todo eso”, y que “a modo de escribano, tome nota de algunas cosas que pasan y pasaron desde antiguo”, a la vez se propone compartir con los vecinos “el resultado de las pesquisas sobre la ciudad en un lenguaje literario entendible y atractivo”.
Esas pesquisas “tienen que ver con la pintura, la música, la etnografía, la religión, la política, la arquitectura, el teatro, las tradiciones populares, el folclore, el deporte, los usos y costumbres, la fotografía…”.
Todos cronistas
“Todos somos cronistas de nuestra propia historia, de la suma de todos, entonces hacemos la historia común”, ha propuesto Sanchidrián, quien ha repasado a quienes han compuesto, a lo largo de los siglos, lo que ha denominado ‘La Crónica de Ávila’, iniciada en 1256 con la ‘La Crónica de la Población de Ávila’, de autor anónimo escrita en el siglo XIII, donde se cuenta como llegaron los primeros repobladores con Alfonso VI a finales del siglo XI, hasta la llegada de Alfonso X El Sabio mediado el siglo XIII.
A continuación, ha detallado a los autores de crónicas de la ciudad, detallando después los nombres de quienes ya ocuparon el puesto de cronista oficial de la ciudad.
1315? En el siglo XVI aparece la llamada Segunda Leyenda de la muy Noble y Antigua Ciudad de Ávila, la cual abarca el final del siglo XI y primera década del siglo XII. No se ha encontrado la que debía ser la Primera Leyenda, que debía estar dedicada a los tiempos prerromanos, la época cristiana y la episcopal de San Segundo, la invasión musulmana y la repoblación de Alfonso VI en 1083. Y tampoco se conoce la Tercera Leyenda que trataría sobre las gestas de los caballeros abulenses durante la Reconquista de los siglos XII y XIII.
1519. El Epílogo de algunas cosas dignas de memoria pertenecientes a la ilustre y muy magnífica y muy noble y muy leal ciudad de Ávila fue escrito en 1519 por Gonzalo de Ayora de Córdoba, capitán y cronista de las católicas majestades. Cuya lectura no ha facilitado Jesús Arribas.
1595. “Historia de la vida, invención, milagros y traslación de San Segundo, primer obispo de Ávila”, de Antonio de Cianca, escribano e historiador, quien cuenta la historia general de Ávila. Cuya lectura no ha facilitado también Jesús Arribas.
1607. El padre Fray Luis de Ariz, monje benedictino, es el autor de Historia de las grandezas de la ciudad de Ávila publicada en 1607.
1618. Obra a la que sigue el Teatro eclesiástico de la Iglesia apostólica de Ávila y de sus hombres ilustres (1618), del clérigo Gil González Dávila, cronista de Castilla durante los reinados de Felipe III y Felipe IV, y cronista de Indias con éste último.
1676. El abulense Bartolomé Fernández Valencia, escribió en 1676 “Historia de San Vicente y las Grandezas de Ávila”, donde reseña la historia general de la ciudad a la que sigue la de sus fundaciones eclesiásticas y la biografía de santos y personajes ilustres, antes de detenerse en la parroquia de san Vicente de la que era beneficiario.
En todas las obras citadas predominan los ideales guerreros de valentía y lealtad de los caballeros que imprimieron su carácter a la ciudad medieval. De ello y de su importancia dan fe su imponente muralla, la majestuosidad de sus templos y sus palacios blasonados.
1873. Juan Martín Carramolino, político y jurista natural del pueblo de Velayos, aunque no fue nombrado cronista oficial de Ávila, pues no existía el cargo, escribió “Historia de Ávila y su provincia y obispado” en 1873.
Cronistas oficiales
1880?-1890. José Mayoral Sáez José Mayoral Sáez (1853-1890) fue el primer cronista oficial de Ávila, historiador.
1896. Enrique Ballesteros y García Caballero, archivero provincial, fue premiado por el Ayuntamiento de Ávila por libro Estudio histórico de Ávila y su territorio (1896), si bien no llegó a ocupar el puesto de cronista oficial.
1899-1920. Manuel de Foronda, abogado, escritor y académico, que desempeñó el puesto de cronista en el periodo 1899-1920.
1922-1936.Abelardo Merino Álvarez, militar de carrera en Ávila, académico de la historia y reputado geógrafo, fue cronista de Ávila durante 1922-1939.
1936-1958.José Mayoral Fernández, funcionario del Ayuntamiento de Ávila, secretario de la Cámara de Comercio, corresponsal de prensa y escritor, fue cronista de Ávila en el periodo 1936-1958.
1960-1995.Eduardo Ruiz Ayúcar, abogado y académico, fue cronista de Ávila, también de Arévalo, entre 1960-1995.
En esta época, Cándido María Ajo González de Rapariegos compuso la “Historia de Ávila y toda su tierra”, además de dar detallada cuenta de archivos y fuentes abulenses.Igualmente, José Belmonte, que no fue cronista oficial, pero sí de hecho, escribió en 1985 “La ciudad de Ávila. Estudio histórico” que luego amplía quince años después con el título “Ávila contemporánea”.2000-2009. Aurelio Sánchez Tadeo, funcionario del Estado, secretario del Presidente de Gobierno Adolfo Suárez y poeta, fue cronista entre 2000-2018.-
Superada la vieja idea que reducía la historia de la ciudad a su esplendorosa época medieval que se extendió hasta el siglo XVI, la Crónica de Ávila se investiga y actualiza casi de forma permanente por la nueva “escuela de historiadores de Ávila” que encuentra acomodo en la Institución Gran Duque de Alba dependiente de la Diputación Provincial.
De su trabajo es la titulada ‘Historia de Ávila’, que empezó a publicarse en 1998, cuyo contenido va desde la prehistoria y la historia antigua hasta la edad moderna que se trata en el volumen VI, último volumen que ha visto la luz. Coordinados sucesivamente por María Mariné, Ángel Barrios, Gregorio del Ser Quijano y Gonzalo Martín en la colección que dirigía Carmelo Luis López.
“A este respecto, la amplia y rica relación de publicaciones e investigaciones que se atesoran en los fondos de la institución, verdaderas crónicas abulenses de las más variadas materias y disciplinas, hacen imposible su relación, por lo que basta esta merecida mención. Entre la amplia nomina de autores, la cual no cito completa porque, seguro, me olvidaría de algunos, y solo menciono a los que nos dejaron, como Ángel Barrios, Carmelo Luis López, José Luis Gutiérrez Robledo y Jesús Arribas”, ha añadido el cronista, quien ha terminado su intervención con un propósito: “se abre una nueva etapa en la que uno espera contribuir en alguna medida a la formación de La Crónica de Ávila, en lo que es un nuevo reto”.