POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
Esta Cofradía iniciará los actos con un Triduo los días 9 , 10.11 de marzo, en Santa Ana donde reside la imagen titular.
Vía- Crucis extraordinario, el día 11 de marzo con la imagen titular, salida desde Santa Ana a las 21 horas. Fiesta Principal de la Hermandad el día 12 de marzo en Santa Ana, a las 11.30.
Auto Sacramental : El Descendimiento y Entierro de Cristo,en la Plaza de Santa Ana, el día 29 de marzo a las 21 horas. ( La ceremonia del Desenclavamiento, se realizaba desde tiempo inmemorial en las eras de San Francisco., hasta que el Obispo de Jaén, la prohibió en el año 1781) “ya que el predicador dice expresiones que no se corresponden con las acciones de los clérigos”.
Misa de Clausura, con imposición de la Medalla de Oro de la Ciudad en Santa Ana, el día 29 de abril a las 20 horas.
La Cofradía nacida como Cofradía de la Soledad y Entierro de Cristo, caminaron juntas desde el año 1623 de su fundación, hasta que algunos siglos después continuaron su caminar separados. Este texto corresponde al periodo en que las dos cofradías, permanecen como una sola:
“Que consultados los documentos, del legajo de la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y Santo Entierro, en el archivo del convento de dominicas de Santa Ana, de nuestra ciudad, esta cofradía fue fundada en el convento de los basilios del monasterio de la Santa Cruz de Villanueva, (San Basilio Magno) el 30 de abril de 1623.
Que los primeros Alcaldes de la Cofradía fueron D. Juan Mexía Villodres y el licenciado D. Pedro Navarrete; como Diputados D. Gonzalo de Figueroa y D. Francisco Pérez. Las primeras imágenes fueron obra del pintor y escultor Diego de Arce, cuidándolas con gran esmero.
De la importancia de la cofradía y de su esplendor nos da idea la Bula de Concesiones y Privilegios que concede el Papa Urbano VIII en 1624 a todos los hermanos de Nuestra Señora de la Soledad y Santo Entierro.
Esta Bula en pergamino y escrita en latín, tiene un cordón amarillo y morado del que pende el sello papal en plomo, con la efigie de San Pedro y San Pablo, en una cara y la de Urbano VIII en la otra.
De este documento, la transcripción del latín indica: “ …los mismos cofrades, penitentes, que confesados y comulgados visiten con devoción la Iglesia en las festividades de la Circuncisión y Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo y Asunción de la Bienaventurada Virgen María, que orasen en estas festividades, les concedemos siete años y otras tantas cuarentenas de perdón”.
En un inventario del año 1646, nos informa que la capilla de estas imágenes, está situada junto a la puerta principal. Que la capilla fue donada por los monjes en escritura otorgada ante Julio de Trillo el año 1624. Que en la capilla hay un bastidor y llave, esteras nuevas, un retablo nuevo, costeado por los hermanos de la cofradía, que sale desde dicha capilla al claustro bajo de dicho monasterio. Que una ventana con su vidriera correspondiente cae a la calle San Basilio; un cepo nuevo con su candado para recibir la limosna de los fieles; varios cuadros de Nuestra Señora de la Soledad y San Juan Bautista. Que hay una lámpara, que debe permanecer encendida los lunes, miércoles y viernes; hay una cruz para el altar con todas las insignias de la pasión; una imagen de talla de cuerpo entero con sudario dorado de Cristo, para ejecutar el paso del Descendimiento, el Viernes Santo por la tarde; dos almohadas de lienzo bordadas de hilo de oro, que sirven para que tenga la cabeza reclinada en la urna, un sudario morado; una Cruz dorada de la Cofradía de los pastores; una urna tallada dorada por el frontis, a expensas de limosnas hecha por Alfonso Herrera, con marco de vidrio, costeado por D. Bernardo García sepulcro de madera con su tapa, todo dorado para celebrar su entierro. Una imagen de Nuestra Señora en su Soledad, recientemente refrescada en rostro y manos, un jubón de tafetán negro, una basquiña, un manto de tafetán, negro muy viejo…
Fue una cofradía adelantada a su tiempo. Cuando los gastos aumentaban por distintos motivos, realizaron funciones de toros y de teatro, para con los ingresos obtenidos pagar varias obras o aumentar el ajuar de las imágenes. En 1743 en la Plaza Mayor realizan una función de toros, el beneficio sirvió para costear un nuevo retablo a la Virgen de la Soledad y años después 1785 la representación de una función teatral, dio beneficios para comprarle una media luna de plata.
La Guerra de la Independencia influyó en la vida de la Cofradía. Las imágenes y legajos, se trasladaron del convento de San Basilio, que ocuparon las tropas francesas o españolas, hasta el convento de las dominicas de Santa Ana, que cuidaron de manera ejemplar de imágenes y documentos. Al finalizar la guerra los basilios, ya no pudieron volver al monasterio, en uno de los escritos podemos leer: “que por la desgracia de la guerra fueron desalojados los monjes, causando las tropas una total destrucción del edificio…”
Posteriormente todas las imágenes fueron destruidas en el periodo de 1936 al 1939. El sentir religioso de los villanovenses hace que en el año 1942, se adquiriese una nueva imagen de autor desconocido y un trono de plata construido por Casa Quintana de Zaragoza.
De un reglamento del 3 de mayo de 1948, citamos los puntos que nos parecen interesantes: Cita tres casos de cofrades: de honor, activos y protectores. En un principio habla de cofrades varones que deben pagar anualmente dos pesetas y la cuota de entrada es de veinticinco pesetas. Una misa anual después del Domingo de Resurrección, se dirá por todos los cofrades fallecidos, y una Misa con el rezo del Santo Rosario por cada hermano fallecido.
Desvelos de cofrades para restaurar el trono en Sevilla, incidentes durante el viaje; un presupuesto altísimo, que lograron reunir con una entrega sin límite, poniendo sus posesiones como fianza. Al no poder entregarles la urna, donde va el cristo yacente, por falta de tiempo para su arreglo, un año procesionó sobre un trono sin urna, y fue aplaudida esta decisión.
Son varios los actos celebrados para conmemorar el IV Centenario, que tuvo su origen en la Solemne Eucaristía de Apertura celebrada en la iglesia Parroquial de San Andrés, el Día de la Cruz, y la presentación del cartel alusivo obra de Pedro Berbel.
Conjuntamente con la Cofradía del Santo Entierro y el párroco de la localidad D. Juan Carlos Córdoba, acordaron la celebración de una Eucaristía en el nuevo cementerio, Cristo de la Vera-Cruz. el día primero de noviembre, con las imágenes de la Virgen de los Dolores y Santo Entierro, y el rezo de un rosario, caminando hasta el cementerio de Nuestra Señora de la Fuensanta. Foto Ramón Reyes
FUENTE: M.L.F.