LA CRONISTA DE OVIEDO, CARMEN RUIZ-TILVE, AFIRMÓ QUE FUE «CRONISTA DE LA VIDA LOCAL» Y «EL ÚLTIMO» DE UNA ESTIRPE DE PROFESIONALES
Histórico militante comunista, defensor del papel del pequeño comercio y de los trabajadores autónomos y fotógrafo insigne. José Manuel Nebot falleció ayer en la misma ciudad que le vio nacer hace 88 años, su Oviedo del alma. Hoy tendrá lugar el acto civil para despedirlo en la capilla del tanatorio de Los Arenales, a las seis y media de la tarde.
José Manuel Nebot deja un vacío en los que le conocieron y otro en la ciudad en la que asentó su estudio fotográfico, en la calle de Milicias Nacionales. Su coqueteo con la fotografía empezó siendo aún niño. Con doce años entró como chico para todo en Foto Ceñal, en la calle Jovellanos de Gijón, donde pasó parte de su infancia. Desde entonces, su vida estuvo vinculada a este arte.
Enfermo de párkinson, llevaba varios años alejado de la vida pública. Casado con Rosa Fernández y padre del también fotógrafo José Carlos y de la soprano Ana Nebot, muchos lloran hoy su pérdida por el legado que dejó en las diferentes esferas políticas, sociales, empresariales y asociativas en las que participó y de las que fue creador. Una de ellas, la Federación Española de Fotógrafos. Nebot fundó esta asociación a finales de los años 70, convirtiéndose en su primer presidente. También lo fue de la Asociación Asturiana de Profesionales de la Fotografía y el Vídeo. «Fue la persona que más luchó por la profesión de fotógrafo», recordó Sergio Vega, actual presidente de la entidad. «Era una persona muy luchadora que no creía en causas perdidas. Fue mi padre profesional», aseguró. La muerte de José Manuel Nebot coincide con el 40 aniversario de la Asociación Asturiana de Profesionales de la Fotografía y el Vídeo, y desde la institución aprovecharán el acto para rendir un homenaje al fotógrafo fallecido.
Hombre generoso, comprometido y honesto con su ideología. La mantuvo aunque le costó tres años de cárcel durante la dictadura. Comunista convencido, militó en el Partido Comunista de Asturias y fue concejal del Ayuntamiento en la primera Corporación de la democracia, de 1979 a 1983. Con él coincidió el ahora alcalde, el socialista Wenceslao López, quien lo recordó como «entrañable, un gran amigo y persona de integridad absoluta. Toda su vida fue coherente en sus ideas y en su lucha por la libertad y la igualdad. Ha militado en Oviedo».
«Fue una de las personas más honradas políticamente que he conocido», alabó Graciano García, director emérito de la Fundación Princesa de Asturias. «Honrado, libre y valiente; le tocaron vivir los tiempos duros de la dictadura», recordó García. A pesar de las diferencias, «siempre nos entendimos porque nos unía la esperanza de una España democrática y libre», enfatizó.
Todos los grupos del Ayuntamiento lamentaron su pérdida. «Ovetense hasta la médula. Hombre de su tiempo. Gran conocedor de la realidad social y de Oviedo», lamentó Ana Taboada (Somos), que compartió tertulias con él y con el fallecido José María Laso. Ana Rivas (PSOE) lo destacó como «un referente no solo en el ámbito profesional sino en el movimiento social», al que rememora entre «imágenes de acción». «Siempre lo recordaré como un luchador de la libertad y la democracia. Dedicó toda su vida a defender los intereses de los más humildes», declaró el veterano comunista Roberto Sánchez Ramos, ‘Rivi’ (IU).
Agustín Iglesias Caunedo (PP) recordó como «un honor» concederle en 2012 una calle, que aún no figura en el mapa: «Fue un hombre que se hizo respetar, respetando a los demás. Nos demostró que pensar distinto no es causa para no trabajar en la misma dirección». Para Luis Pacho (Ciudadanos), fue «ilustrador y artista de los momentos felices de muchos ovetenses» y defensor de los derechos de todos.
También destacó su valía el exalcalde Antonio Masip: «Era muy buen tipo, una persona muy digna en la oposición (a Franco) y en la Transición. Su estudio era un auténtico encuentro de la oposición democrática. Nunca estuve en su ideología, pero no dejo de reconocer su incansable esfuerzo». Por su parte, el ahora delegado del Gobierno Gabino de Lorenzo, quiso transmitir «condolencias a su familia», así como su «respeto por su profesionalidad y por la firmeza en sus ideas».
Supo separar política y fotografía. Tan pronto alojaba en su casa a Dolores Ibárruri, ‘Pasionaria’, como retrataba a Francisco Franco en una visita a Ensidesa. En 2016, en las elecciones generales, acudió ya enfermo a votar en el colegio de General Elorza, no quisieron dejarle en un primer momento, pero un informe médico y la intervención de varios amigos lo permitieron a última hora de la tarde. Uno de ellos fue el excoordinador de IU Manuel González Orviz: «Si yo pude ejercer mi derecho al voto fue por la lucha de él contra la dictadura». Ponderó que «cuando se denuesta a la política, gente como Nebot, llama del compromiso, es un ejemplo y una pérdida».
La figura de José Manuel Nebot también dejó huella entre los trabajadores autónomos. Fue el fundador de la Asociación de Autónomos y Comercio de Oviedo y también su primer presidente. «Siempre peleó por los comerciantes y los autónomos rompió moldes porque él era empresario pero muy ligado a la izquierda. Luchó por nosotros, los comerciantes, lo que no está escrito», rememoró Marta Pérez, presidenta de Adaco.
Fundó asimismo ANA (Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza). Su actual presidente, Carlos Lastra, apuntó que «era único en un partido que no se caracterizaba por la sensibilidad por el medio ambiente. Esa fue la gran aportación».
Otra pasión suya era la pesca. «Un día fuimos hasta el río Nalón y me lo hizo atravesar de orilla a orilla porque había prendido un salmón», recordó el escritor Alberto Polledo. «Lo quería muchísimo», recalcó, emocionado.
La cronista de Oviedo, Carmen Ruiz-Tilve, afirmó que fue «cronista de la vida local» y «el último» de una estirpe de profesionales como «Gómez y Dolsé, fotógrafos de estudio, muy importantes porque nadie tenía cámara en casa. Se iba allí para la Primera Comunión, la boda y mandar luego a la familia. Era un superviviente de una época muy buena en la que los fotógrafos formaban parte de la vida familiar. Ese mundo se acabó, con las cámaras digitales es otra cosa». Quedan sus fotografías.
Fuente: http://www.elcomercio.es/ – C. Pérez / D. Lumbreras