POR FRANCISCO PUCH JUÁREZ, CRONISTA OFICIAL DE VALDESIMONTE (SEGOVIA)
Cuando llegué a Águilas (Murcia) a primeros del pasado mes de agosto, escribí un breve comentario por hallarme de nuevo en tan acogedora ciudad después de 15 años ininterrumpidos de estar acudiendo a ella para mitigar con la cercanía de sus playas el tórrido calor que en Madrid estaba sufriendo.
También en Águilas hace calor me decían los amigos, es cierto, pero estar al lado de la playa con la brisa marina azotándote el rostro, es una delicia.
He encontrado amigos con los que departir cada mañana en la tertulia de la Glorieta sobre las mil y una cosas que en esta España y parte del extranjero vienen ocurriendo. En Águilas he encontrado a lo largo de su Paseo Marítimo, hoy Avenida de la Constitución esas acogedoras terrazas en las que degustar un buen vino o tomar una cerveza descansando a la umbría de sus toldos, lo que ha hecho un tanto más agradable mi estancia
Otros años cuando al finalizar el mes de agosto, regresaba a Madrid, viendo las persianas ya bajadas en muchos de los pisos de la Playa de La Colonia, me decía a mí mismo: esto se acabó, y con la nostalgia de volver, iba preparando las maletas para el regreso.
Mi estancia en la localidad murciana de Águilas siempre ha sido agradable, me acompañaban mis hijas y mi muy querida esposa; hoy, tanto mi hija Beatriz como mi esposa fueron arrebatadas de mi lado para ir a situarse en esos espacios siderales, entre las múltiples estrellas que pueblan el firmamento.
Ahora me acompañan mi hija Virginia y mi nieta Marian que han contribuido a hacer mi estancia en Águilas más agradable. ¿Estaré aquí el próximo mes de agosto? Me pregunto.
Tengo que comentar que este año me he tropezado con algún incidente poco agradable en el devenir diario de la vida en Águilas, algo que vengo a comentar para que quién tenga potestad en su Ayuntamiento intente corregirlo: Primero el desastroso funcionamiento de los taxis de Águilas: Tengo dos teléfonos de las paradas de taxis, tenía necesidad urgente de acudir al Ambulatorio para desplazados; llamé a ambos teléfonos, en uno, ni se molestaron en cogerlo, en otro un taxista me contestó que no podía realizar el servicio porque era un trayecto corto, y si le surgía un desplazamiento de mayor trayecto, como ir a Lorca, o a Murcia, o a París le interesaba más que llevarme al ambulatorio. Indecente comportamiento.
¿Quién concede las licencias a los taxistas de Águilas?. Por otra parte el servicio de autobuses urbanos, desastroso: un servicio de autobús que pasa cada hora; si acaba de pasar, tienes que esperar una hora entera hasta el siguiente; ¿quién da o quita la licencia a ese desastroso servicio de autobuses?; ¿es también el Ayuntamiento?.
Me supongo que habrá algún concejal de movilidad urbana que cobrará un buen sueldo por no remediarlo. Por último, voy a citar el desastroso funcionamiento de la Sanidad Pública en Águilas. En una ciudad de cerca de 50.000 habitantes, que se duplica en verano, hay un Centro de Salud Sur para residentes; los demás somos “desplazados”, algo así como “apestados” que tenemos que acudir al Centro de Salud Norte (mal llamado hospital, porque no lo es).
Para acudir a él, situado a unos ocho o diez kilometros. por las vueltas que da, no te lleva un taxi por los motivos antes expuestos, el autobús Circular tarda una hora. En ese Centro de Salud no hay médicos especialistas, sólo uno o dos de atención primaria, si te tiene que ver un especialista tienes que ir a Lorca, donde hay un buen hospital; y para ir a Lorca tienes que acudir a la estación de autobuses (no te lleva el taxista por los motivos expuestos).
El bus te deja en la estación de Lorca, allí hay que coger otro bus para ir al hospital. Por mi avanzada edad no puedo efectuar todos esos desplazamientos, ¿cuántas personas de mi edad sufren esos inconvenientes, esas carencias, en una localidad de 50.000 habitantes?.
Quién es el máximo responsable de la Sanidad Pública de Murcia, incapaz de resolver tan acuciantes problemas sanitarios?.¿Cuánto cobra, por no remediarlo?. Todas estas cosas me hacen considerar si el próximo año volveré a acudir a Águilas, a pesar de mis muchos amigos y mi agradable estancia en tan bella ciudad.