POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Los pueblos, villas y ciudades, en un afán publicitario de fomento de ventas, se adelantan año tras año a iluminar sus calles y plazas, a decorar abetos artificiales, a colgar tiestos y macetas con flores de pascua, a enramar árboles con lucecitas multicolor, a buscar adornos luminosos que nada tengan que ver con el suceso que se festeja: el Nacimiento en Belén de Jesús de Nazaret.
Estamos asistiendo a una estudiada «desacralización» de un suceso para erradicar un sentimiento de creencia en aquellos que creen en él. Como me decían ayer en el Certamen de les Fabes de Colunga: «Mal está que se pierda la fe, pero peor sería si se perdieran las vacaciones y las fiestas».
Bueno, vayamos a lo nuestro.
Cuando yo era rapaz era costumbre «montar el Belén» en casa. Había que ir a «les caleyes húmedes» a por «mofu» (musgo), desempaquetar «les figurines» que se guardaban en cajas, reparar «les casines de cartón o de corchu», romper algún «espejín» para con los cristales imitar un lago, buscar «papel de plata» para simular el agua de un río… Y adornar con «ramines de arfueyu» (muérdago) que, con sus blancas bolitas, daban sensación de invernía.
Hoy, que todo ha cambiado, el musgo es artificial (como el césped de muchos campos de fútbol), los abetos son de plástico fabricados en China; las «luces de destellos», también chinas, alumbran a figuritas asimismo fabricadas en esa nación.
Ya no tenemos mofu, ni arfueyu, ni espejinos pa romper, ni figurines de barru… ni Belén.
Pues, ¿saben una cosa?
Hoy, al buscar unas patatas para freir, encontré algunas «guñaes, pero que muy guñaes con unos guños como d´equí allá alante».
Unos guños azulvioláceos preciosos, como aquellos tan típicos de «les patates de guñu azul», tan asturianas ellas. Como «les de riñón», que ya no hay.
Y al verlas me dije: «Estos serán mis adornos de la Navidad 2016»; nada de plásticos ni lucecitas cursis.
Patates guñaes, ramasquinos de arfueyu y velines de cera de abeya p´adornar, que no encender, pues puede ser peligroso.
¿Y qué son los «guños» o «guaños», que también se dice así por Colunga?
Pues, sencillamente, esos tallitos nacientes que surgen, en vida nueva, de tubérculos (como patatas) y bulbos (como cebollas).
¿No les parece una buena decoración navideña como alegoría de un renacer de ilusiones?
Pues eso.