POR PEPE MONTESERIN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Graffiti, plural de graffito, designa las letras que se escriben en un muro. A finales de los 60, el número a continuación del nombre indicaba la calle de Nueva York donde vivía el firmero.
Los grafiti son firmas, estilo Broadway, sobre propiedades ajenas sin permiso del dueño del soporte. Nació en las mazmorras de la antigüedad; los presos dejaron los primeros grafiti al escribir su nombre en la pared.
También se les llama grosoristas, taggers, flecheros, porque sus tag solían terminar en flecha, y throwups, por sus vomitadas, sus churretosas firmas rápidas.
Son jóvenes de rastas, pantalones de tiro bajo, viseras, zamarras seudomilitares…, reminiscencias de la guerrilla urbana, cuando asaltaban los vagones de Metro a punta de spray.
Pues bien, los taggers agotaron los espacios para sus firmas en el Casco Viejo, y de ahí la limpiada prevista por nuestro Consistorio; confío en que no sea otro cheque en blanco.
Fuente: http://www.lne.es/blogs/la-mar-de-oviedo/aerosoles.html