POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA
La sala de exposiciones de La Alhóndiga ofrece una interesantísima muestra que nos desvela una visión muy real de la labor y obra de nuestras tropas en este país del histórico Turquestán. En ella podemos observar detalles interesantes de tipos, indumentarias y un sinfín de circunstancias de las relaciones de nuestras tropas con los habitantes de la zona.
Antes de nada hay que hacer historia y remover en un pasado muy lejano. Allá por los comienzos del siglo XV, y más concretamente en agosto del año 1404, un rey castellano, concretamente Enrique III, se permitió enviar la embajada de Ruy González de Clavijo a Samarcanda, la capital del gran Tamerlán. La misión tenía como objeto crear una alianza contra los turcos.
Esta misión se inició en un barco a vela preparado por la corona española que cruzaría el Mediterráneo y el mar Negro y terminaría embarrancado cerca de la costa. La expedición siguió tras una fuerte tormenta a través de tierras desconocidas, llegando a cruzar el río Amu Darya por un enorme puente de madera, en cuyo lugar los rusos levantaron en 1982 el actual para invadir el país.
Tamerlán fundó una ciudad que llamó Madrid en recuerdo de la expedición y en 2004 se dedicó una avenida a Ruy González de Clavijo, para conmemorar la visita del español.
La crónica de Clavijo ofrece una auténtica referencia sobre aquellas tierras, guía que todavía se consulta y donde hoy nuestras Fuerzas Armadas conviven con los naturales dando una lección de ayuda y solidaridad, que ya anunció el rey castellano de la Casa de los Trastámara.
La exposición de La Alhóndiga es motivo de satisfacción para todos y un compendio de valores que hay que preservar.
Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/