POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Llegarán días, antes de que las lluvias del otoño aparezcan, que traerán latidos de uvas que pedirán partos de bodegones de vendimia y serones para ser conducidos a las bodegas, bajo olores de pámpanos y racimos. Y así nacerá el vino que mitigará nuestra sed, haciendo que sean olvidadas nuestras penurias. Hay que ver lo que abraza y acoge el tiempo que va desde mayo a septiembre: la grana, la cosecha, la siega y la vendimia. Lujo antiguo y hermoso que proclama la generosidad de esta tierra. Agosto sigue avanzando en la canícula de sus días, consumiendo las mañanas en las que brilla un sol luminoso, que se proyecta sobre el patio, ante el verde frescor de unas macetas de helecho.
(La fotografía corresponde a la limpieza en la calle Clavijo, antigua de Tenerías, en dirección al Charco del Moro, de los conos de la bodega de Vicente Méndez, actual bar El Hoyo o Las Cuevas, al fondo puede verse el entonces Teatro Calderón y a la derecha el corralón de la familia Mendoza).