POR JUAN GÓMEZ DÍAZ. CRONISTA OFICIAL DE LILLO (TOLEDO)
Como parece que los aniversarios, tanto de personas como de instituciones, cuando sobrepasan la cincuentena su celebración adquiere una significación especial, pues se pasa del oro, acercándose al platino. Es el caso del que ahora se conmemora con reconocimiento y se celebra con agradecimiento: el sesenta y cinco aniversario de la creación de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.
No estará demás conocer, en primer lugar, la misión encomendada, para así situarnos ante perfil singular y específico de este servicio que, hombres y mujeres, prestan a los ciudadanos. Para ello lo mejor será definirlo, pues las cosas son lo que son, porque hacen lo que hacen: la Agrupación de Tráfico es la Unidad de la Fuerza Operativa de la Guardia Civil, especializada, especialmente concebida, preparada y organizada para el ejercicio de las funciones asignadas a la Guardia Civil en materias de tráfico, transporte y seguridad vial. Tiene como misión específica la vigilancia, regulación, auxilio y control del tráfico y del transporte, así como la seguridad vial en el ámbito de las vías interurbanas. Depende de la Dirección General de la Guardia Civil, a través de la Subdirección General de Operaciones en lo concerniente a su servicio no específico: Personal, disciplina, armamento, uniformidad, enseñanza, instrucción y pago de haberes y de la Dirección General de Tráfico, dentro del marco normativo conjunto de ambas Direcciones Generales.
Para conocer, documentalmente, los antecedentes remotos de este Servicio hay que hacer referenciaal Cuerpo de Vigilantes de Caminos que dependía del Ministerio de Obras Públicas, a través de la Dirección General de Caminos, y que estaba motorizado, uniformado y armado, teniendo como misión principal la de una policía de carreteras. Anteriormente esta función la ejercían los Peones Camineros y la Guardia Civil que, en su célebre Cartilla, el Duque de Ahumada dejó escrito en el capítulo II:
Articulo 1º. El Guardia Civil, cuando se halle destinado al servicio de los caminos reales, los recorrerá frecuentemente, y con mucha detención, reconociendo á derecha, é izquierda de ellos, los parages que ofrezcan facilidad de ocultar alguna gente.
Articulo 8º. Siempre que en el curso de sus patrullas, encontrare un carro volcado, ó caballería caída, como no vaya a determinado servicio, en el que por la detención resultase perjuicio, ayudara a los dueños á levantarlos, lo mismo que en cualesquiera otra necesidad que observase en los viajeros, les prestará cuantos ausilios necesiten y estén a su alcance.
Tras el final de la guerra civil este Cuerpo fue disuelto, siendo asumidas sus competencias e incorporándose algunos de sus miembros a la Policía Armada y de Tráfico, creada por Ley de 3 de agosto de 1939 que las mantuvo hasta 1959.
La Ley 47/1959 que regula la competencia en materia de tráfico, se le encomienda de forma inmediata a la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, que asumió las que tenía asignadas, en esta materia la Policía Armada. Consecuencia de ello se dicta la Orden General del Cuerpo, nº 32 de 26 de agosto por la que se sustenta dicha competencia.
No obstante, desde 1953, fuerzas de la 1ª Comandancia Móvil de Madrid, venía realizando, con gran visión de futuro, constantes ensayos en las carreteras nacionales de acceso a la capital, con un recorrido de unos 100 km que sirvieron de experiencia para las funciones que, posteriormente, asumiría la Agrupación. Cabe señalar al respecto, que la Unidad Piloto de Tráfico fue el primer paso para la constitución de un centro técnico-profesional. Superada la primera fase se convocó, el 31 de enero de 1959, el primer curso para oficiales en materia de Circulación que, una vez superado, constituyeron el grupo de profesores en la Academia de El Escorial. El primer servicio se realizó en la N-V, entre Madrid y Talavera de la Reina.
También se realizaron estos cursos en el campamento del Frente de Juventudes de dicha localidad; en Colmenar Viejo; en el Colegio de Guardia Jóvenes de Valdemoro y en el Parque de Automovilismo, realizándose las clases prácticas en terrenos de la zona militar de Campamento, conocido como Venta la Rubia. En el año 1986, quedó ubicada la academia en el Colegio de Guardias Jóvenes y desde el 1996 en Mérida, que depende orgánica y funcionalmente de la Jefatura de la Agrupación de Tráfico y técnicamente de la Jefatura de Enseñanza de la Guardia Civil.
Con 560 agentes para 60.000 kilómetros de carreteras por las que circulaban un millón de vehículos fue el inicio de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, dotada de los coches más clásicos del Cuerpo, como los Land Rover, SEAT 124 o las R50 y R10, hasta el material más reciente: los Alfa Romeo y Renault Talismán y las BMW R1250. En la actualidad cuenta con casi 9.000 agentes, de los que 185 son mujeres, la primera incorporación de éstas fue en 1991 en la especialidad de atestados y, dos años después, como motorista.
Desde entonces la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil viene prestado un extraordinario servicio, tanto en las labores propias de una policía de carretera para seguridad vial, como por los innumerables actos de socorro y de ayuda a quien lo necesita. De todo ello nos da cuenta el reconocimiento que la ciudadanía otorga a estos “ángeles amarillos” que nos protegen y ayudan. Y si, como decía su general jefe, la presencia de los guardias civiles de Tráfico nos obliga a realizar un chequeo rápido de las normas de circulación, que justifica la labor preventiva no sancionadora por las infracciones cometidas.
Así pues, desde su génesis hasta el presente, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, merece nuestro aplauso y felicitación a la vez que nos debemos felicitar a nosotros mismos por tener a nuestro servicio un Cuerpo, donde el honor se hace diariamente presente, como es la Guardia Civil. ¡Feliz sesenta y cinco aniversario!
FUENTE: J.G.D.