POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)

Tras más de treinta años de un intenso trabajo, Pedro González Leal, por motivos de salud, tuvo que dejar la Dirección de la Agrupación Musical Villanovense. Inició la recuperación y puesta en marcha de la Banda y Escuela de Música en 1984, tras un largo periodo en el que solamente los sones de la Banda de Tambores y Trompetas de la Cruz Roja sonaron en las calles de la localidad, en los principales actos. Por suerte, Pedro había sembrado con su trabajo, la semilla de numerosos músicos que encauzaron su vida profesional a través de estudios musicales y encontró eslabones para continuar. Durante un tiempo la dirección de la Agrupación recayó en Juan Ramón Segarra.

Estas líneas sirven para que nos cuente sus impresiones de este periodo

Formación en la Asociación Musical Villanovense

Desde joven llevo dentro de esta asociación donde comenzaba a formarme como músico de la mano de Pedro González Leal, quien impartía las clases de lenguaje musical a todos los alumnos que pasábamos por la Escuela de Música. En lo referente al instrumento, elegí tocar el saxofón, el cual me apasionaba. Fue Juan Manuel Linde Bustos mi primer profesor de saxofón y el encargado de guiarme en mis primeros pasos con este instrumento.

En poco tiempo tenía claro que quería estudiar en el conservatorio y tras realizar las pruebas de acceso, entré en el Conservatorio Profesional de Música de Jaén dónde finalicé mis estudios profesionales de música.

Tras esta etapa continué formándome en el Real Conservatorio Superior de Música “Victoria Eugenia de Granada”, centro en el que obtuve el Título Superior de Música.

Etapa de director en la Agrupación Musical Villanovense

En septiembre de 2016, Pedro González Leal, director de la banda, me propone sustituirle debido a que él debe ausentarse por motivos de salud y tras mi sorpresa acepté el reto con la mayor de las ilusiones pero también con una gran responsabilidad puesto que sabía la repercusión que tenía nuestra banda en diversas partes de la geografía jiennense e incluso andaluza.

Esa responsabilidad se incrementó más si cabe cuando me di cuenta que faltaba tan poco tiempo para nuestra gran cita con Santa Cecilia, el concierto más esperado del año.

Tras una reunión y comunicar a todos los músicos el cambio de director, comenzamos con los ensayos para esa efeméride.

Ese año 2016 el concierto se celebró el 19 de noviembre, fecha en fin de semana más próxima al día 22 que es el día de Santa Cecilia. Conforme al trabajo realizado en los ensayos y tras haber asistido a la misa en honor de nuestra patrona, nos dirigimos en pasacalles hasta el Teatro Cine Regio para dar el concierto. El resultado no pudo ser más satisfactorio. Fue uno de esos días de ensueño, de ver conseguida una de las metas que te planteas desde niño, dirigir la banda de tu pueblo, en la que has crecido y ante mis padres y seres queridos.

El programa que se interpretó ese día constó de las siguientes obras:

– Certamen Levantino – Pascual Marquina
– Concierto de Aranjuez: II. Adagio – Joaquín Rodrigo
– Caballería Ligera (Obertura) – Franz von Suppé
– Cielo Andaluz – Pascual Marquina
– Ross Roy (Overture for band) – Jacob de Haan

Tras dicho concierto llegó una de las actuaciones que la Asociación Musical Villanovense tiene como tradición, el Concierto de Navidad el cual también resultó muy emotivo por las fechas en las que nos encontrábamos.

Programa:

– White Christmas – Irving Berlín
– The Polar Express (Concert Suite) – A. Silverstri & G. Ballard
– A Christmas Festival – Leroy Anderson
– Destellos del Alba (Vals Sinfónico) – Ferrer Ferrán
– Marcha Radetzky – J. Strauss

A partir de ese momento y ya entrados en 2017 empezamos a trabajar el repertorio que íbamos a interpretar durante la Semana Santa. Ese fue quizás el aspecto más reseñable de mi etapa en la Agrupación Musical Villanovense. Fueron unos meses muy duros, de mucho trabajo y en los que intenté despertar el interés y el gusto por un amplio repertorio de esta música que por aquel entonces estaba un tanto olvidada. Se hizo una renovación de marchas dentro de un proyecto a corto/medio plazo en el que año tras año se añadirían muchas otras. Como he dicho, fue una época difícil pero a la vez bonita. Ese fue uno de los motivos, junto con otros motivos personales, algunos de ellos debidos a la preparación de las oposiciones, que en parte hicieron que tuviera que dejar el cargo que unos meses antes me habían ofrecido. No es sencillo manejar un grupo de tantas personas y quizás no era el momento en el que yo sentía que debía estar a cargo de ellas. Hay veces que uno debe saber cuándo es el momento para iniciar una aventura y sobre todo, cuando debe finalizar. Y así fue, mi última actuación con la banda que me vio crecer como músico fue el Viernes Santo, tras la procesión del Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de la Amargura.

Ese año se volvió a contar con la agrupación para acudir a certámenes de marchas procesionales como el de Santisteban del Puerto. Se retomó también el concierto que tradicionalmente se había estado realizando durante los días previos a la Semana Santa en el cual pude dirigir por primera vez la marcha que años atrás había compuesto y dedicado a la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de la Amargura con motivo de la I Salida procesional de la imagen de la Virgen de la Amargura.

Programa:

– A compás la cera llora – Juan M. Velázquez
– Gran Poder – Juan J. Puntas
– Noche del Jueves al Viernes Santo (Margot) – Joaquín Turina
– Hossana in Excelsis – Óscar Navarro
– Concha – Víctor M. Ferrer
– Lágrimas de Amargura – Juan R. Segarra
– En el Cielo de tus Ojos – Víctor M. Ferrer
– Mi Amargura – Víctor. Ferrer
– Valle de Sevilla – José de la Vega
– Triana de Esperanza – Claudio Gómez

Fruto de todo ese trabajo que se estaba desarrollando, se consiguió que la Agrupación Musical Villanovense volviera a acompañar a una Hermandad de Villanueva del Arzobispo ya que llevaba varios años sin hacerlo. Vi así cumplido uno de los objetivos que me había marcado para la que, de antemano, ya sabía que sería mi corta etapa como director de la banda.

En general, guardo un buen recuerdo de esos meses, aunque por otro lado me supieran a poco ya que me hubiera gustado poder continuar y haber contribuido aún más a dicha asociación pero como he mencionado más arriba, quizás no era el momento.