POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
En sesión extraordinaria, del día primero de noviembre del año 1948, se tienen que reunir con carácter de urgencia, en la Casa Consistorial, los gestores del Ayuntamiento José Yepes Herrera, Julián Herrera Carrillo, Ernesto Ríos Carrillo, Joaquín Moreno Tomás, Mariano Carrillo Valiente, y Damián Ruiz bajo la presidencia del Alcalde José Carrillo Hita, para dar cuenta de los enormes destrozos causados por las lluvias intensas caídas el día 30 de octubre, que acumuló grades montones de escombro, barro y lagunas de agua, en las calles de Ulea.
El arrastre de los barrancos de la ladera de la sierra; inundó y taponó diversas calles de la localidad; en especial la de Ramón y Cajal y parte de la calle O´Donnell y era preciso sopesar la gravedad que se podía ocasionar si descargara una nueva nube, sin haber desescombrado esta.
Ante la amenaza de dicho peligro, la Corporación Municipal hizo uso de Protección Personal y de Transporte, tal como preceptúa el artículo 148 de 25 de enero del año 1946; así como de la Ordenanza aprobada para este ejercicio.
La Corporación, por unanimidad, así lo acordó y ordena se confeccionen las listas o padrones de las personas, viviendas, animales y vehículos afectados; haciéndose público en los medios de costumbre y se use este recurso municipal ad hoc, en el presente año.
El presidente de la gestora, recalcó la historia repetida de la calle Ramón y Cajal y expuso la necesidad de expropiar la casa y corral, propiedad del vecino Félix López Pagán, ubicada en el nº 44 de la calle Ramón y Cajal, con el fin de derribar dichas paredes, dando salida a las aguas y escombros y, de esa manera, evitar las desgracias y perjuicios que se vienen ocasionando desde años atrás.
La Gestora aprueba la realización de dicha gestión y abre paso a que se valore y se haga el justiprecio correcto, con el fin de efectuar la debida indemnización a su propietario Félix López Pagán.
Antes de acabar la sesión se acordó realizar dicha gestión en el plazo de ocho días, con arreglo al artículo 108 del Reglamento de Obras, Servicios Bienes Municipales del día 14 de julio de 1924.
Así se hizo y, de acuerdo con el dueño, a los ocho días se efectuó dicho derribo y se abrió un boquete por donde saldrían aguas y escombros.
Sin más asuntos que tratar, el Alcalde Presidente de la Corporación Municipal, José Carrillo Hita, levantó la sesión