POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA (ALICANTE)
Del tiempo de la reconquista cristiana a los musulmanes no queda vestigio o monumento alguno en el término de Torrevieja, a excepción de aljibes o empedrados de pozos construidos según sus técnicas. Este sistema libro de padecer a los vecinos de Torrevieja las catastróficas epidemias de cólera que barrieron por el resto de la geografía española y en la Vega Baja.
La primera referencia al abastecimiento del agua aparece en 1358, año en que, se construyó un pozo próximo a La Mata, en una cañada honda, nombrándose comisarios de la obra a Luis Masquefa y a Arnau Espejo. El agua era muy dulce y saludable a pesar de muy cerca del mar; es donde hoy se bica el Parque Molino del Agua.
A principios del siglo XIX, Joseph Montesinos hace mención de diversos aljibes que recogían las aguas de lluvia, viniendo con “carros y toneles grandes, de dos y tres leguas por ella”.
En lo que respecta a la población de Torrevieja explica que sus vecinos se abastecían, también de aljibes, procurándola recoger cuando llovía y transportándola del pozo de La Mata, conducida por hombres transportándola con carros, en toneles que hasta la década de los años sesenta del pasado siglo XX recorrieron las calles de la ciudad, tirados cansino borrico que sabía, instintivamente, en las puertas que tenía que parar, siendo sustituidos en aquellos años por el camión cuba de Rafael Ros, transportista de agua del Taibilla
El 17 de mayo de 1867, el gobernador informó, que para la instalación de la conducción de agua potable y fuente pública que pretendía realizar José Sánchez, era preceptiva la realización del oportuno expediente y proyecto de obra; el 19 de diciembre de 1892 fue la inauguración de la canalización de las aguas de la finca del molino de La Mata, asistiendo gran concurrencia de vecinos y el clero que bendijo las aguas al toque de música y volteo de campanas, ante el empresario de Murcia Antonio Hernández Crespo. Se instalaron en Torrevieja un total de seis fuentes: la de San Antonio, en la calle
Labradores (hoy Campoamor) con Empecinado (hoy Patricio Pérez); la fuente de San Ramón, en la calle de Lacy (hoy Chapaprieta) con La Paz; la fuente de San Luis, en calle Caballero de Rodas con Apolo; la fuente San José, en calle Apolo con Ulpiano; la fuente Soledad, en la plaza de las Barcas (hoy de Castelar); y la fuente del Acequión, en calle del Loro (hoy Gabriel Miró) con San Policarpo. La instalación se realizó con tuberías procedentes de deshecho de una fábrica de gas de Barcelona.
En 1917, por incumplimiento, se rescindió el contrato de suministro de aguas a dicho abastecedor, ya que los cortes de suministros y la rotura de tuberías venían siendo constantes, además de haber dejado de funcionar varias de las fuentes, habiéndose tenido que volver a recurrir al reparto mediante carros.
Un año después se concedió el suministro de abastecimiento de la población a la compañía de José Hódar Vallado, de Motril, dueños entonces de las aguas de La Mata. La duración se estipuló en noventa y ocho años, a cambio de que cedería gratuitamente al ayuntamiento cuarenta y cinco metros cúbicos anuales. En 1924, Unión Salinera de España S.A. adquirió la propiedad de la finca, así como los derechos de suministro.
En 1946, el Ayuntamiento de Torrevieja, por orden ministerial de 26 de septiembre, adquirió la condición de miembro de pleno derecho de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla.
En 1951, por finalización de la concesión al Estado, hubo de hacerse entrega formal de las mismas a éste, quien en 1957 cedió a la Nueva Compañía Arrendataria de las Salinas de Torrevieja y La Mata todo lo referente al suministro de aguas, tanto de sus propiedades como de las instalaciones.
En 1959, producto lo obsoleto de las redes, no pudiendo el Ayuntamiento sostener por más tiempo esa situación, y al no poder obtener caudales de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla, el 21 de mayo, en reunión celebrada, por su comité ejecutivo se procedió a la adjudicación del proyecto de conducción de aguas a Torrevieja, acordando con la Nueva Compañía Arrendataria de las Salinas la administración del suministro de las aguas provenientes de la finca propiedad del Estado, conocida con el nombre de Aguas de Torrelamata, para el abastecimiento de la población
Fue el 5 de agosto de 1959 cuando por primera vez corrió el agua por las tuberías hasta las casas de Torrevieja, aunque no era potable. El 14 de enero de 1960, comenzaron las obras para instalar unas nuevas tuberías de fibrocemento destinadas al suministro de agua, sustituyendo a las anteriores, instaladas en el año 1890.
En 1961 se crearon las bases para el funcionamiento del Servicio Municipal de Aguas Potables de Torrevieja, no pudiendo adquirir la aprobación de la superioridad al no poderse efectivizar la municipalización del servicio al ser propiedad del Estado, tanto las aguas como las redes de abastecimiento y distribución. El 25 de julio de 1962, se inauguró un nuevo servicio de distribución de aguas suficiente para toda Torrevieja, eso sí, continuaba siendo algo salada, debido a la sobre explotación del acuífero de La Mata.
El aumento de la población, sobre todo en la temporada estival, produjo problemas de abastecimiento, obligando, en 1965, a que el Ayuntamiento convocara una reunión urgente, presida por el gobernador civil de la provincia, creándose la Comisión Administrativa para el Abastecimiento de Aguas de Torrevieja, llevándose a cabo bajo la ejecución y desarrollo de proyectos y medidas encaminadas a dotar a la población -que contaba con más de mil abonados- de redes y depósitos de acumulación.
El 21 de julio de 1965, las 9 de la tarde, llegó a Torrevieja, por fin, el agua potable, procedente del pozo ‘Lolita’ de la finca ‘La Chismosa’. El 30 de julio, después de realizarse las primeras pruebas de funcionamiento, salía por fin agua dulce y potable por los grifos gracias al trabajo del concejal José Samper y a la ilusión de todo un pueblo en resolver el problema del agua, aprobándose, por primera vez, las tarifas para el suministro a domicilio de agua potable.
En 1971, la mancomunidad de los Canales del Taibilla puso en funcionamiento una conducción desde la Pedrera, así como un depósito de acumulación. En 1972 se hizo la transmisión de las instalaciones de la comisión administrativa al
Ayuntamiento, adjudicando al año siguiente la gestión del agua potable a la mercantil Aguagest.