POR JUAN JESÚS DÍEZ SANZ, CRONISTA OFICIAL DE AGUILAFUENTE (SEGOVIA)
El día 4 de octubre de 2020, a los 85 años de edad, la villa de Aguilafuente perdió a uno de sus vecinos más significativos de los últimos setenta años: Ricardo Casado González.
Sus padres Antonio y Dolores, vendedores de telas, se establecieron en Aguilafuente a comienzos del siglo XX desde la pequeña población de Letrillas, partido judicial de Puebla de Sanabria en la provincia de Zamora, que hoy cuenta con 3 habitantes, pertenece al ayuntamiento de Espadañedo. Siempre se les conoció como ‘Los Zamoranos’. Tuvieron 9 hijos, siendo Ricardo el que ocupó el puesto sexto, nacido en Aguilafuente.
Desde muy pequeño ya acompañaba a sus padres y hermanos en la venta ambulante de paños por la provincia de Segovia.
El contacto con la gente forjó un carácter social y abierto a los temas comunes, siendo muy aficionado al ciclismo, que no se le daba mal, de ahí su apodo de “Minuto”, creando y colaborando con el equipo local de Aguilafuente en la organización de numerosas carreras ciclistas, junto a su cuñado Ricardo Alonso que también nos dejó hace poco por culpa del coronavirus que estamos padeciendo.
El Club de fútbol “El Águila” fue otra de sus aportaciones en los años de juventud y posteriores, que sin apenas medios se desplazaban a otras localidades con sus propios recursos y tiempo, fichando a jugadores de otras poblaciones que había que traer y llevar.
Pero el 19 de abril de 1979, esa vocación social por todo lo que era levantar Aguilafuente y sus gentes, se materializa en el nombramiento de alcalde, ni más, ni menos que el “Primer Alcalde de la Democracia”, con él se cierran los enfrentamientos y rencores de tiempos de la Guerra Civil y se comienza a trabajar por un futuro común para toda la población.
No lo haría nada mal, él y sus concejales, cuando fueron elegidos para la siguiente legislatura, que duró hasta el 30 de junio de 1987.
Tras un descanso de ocho años, retoma su afán por el servicio público presentándose a la alcaldía el 17 de Junio de 1995 volviendo a ser elegido por otros ocho años más, hasta el 14 de junio de 2003.
En estos dieciséis años al frente de los destinos de Aguilafuente, en colaboración con animosos y fieles concejales, que también pusieron lo mejor de ellos mismos para sacar importantes mejoras en la población; podemos destacar el impulso turístico que supuso la inauguración del Aula Arqueológica y la llegada del Museo Florentino Trapero, que están sirviendo de atracción de numerosos visitantes y aportes económicos a bares y hostales.
Cualquier mejora siempre supone un esfuerzo de proyecto, reuniones, viajes, entrevistas con autoridades provinciales, autonómicas y la competencia con otras poblaciones que también quieren lo mismo para ellos, ejemplo “El Centro Médico”, “El Cuartel de la Guardia Civil”, “El C.R.A. Escolar”, traídos a Aguilafuente en tiempos de Ricardo.
Por citar otras obras que se realizaron en sus legislaturas y que parece que las tenemos de toda la vida: “La plaza de Toros”, con la colaboración de los jubilados de la localidad; “El agua de las Fuentes” y su merendero, de lo que estamos tan orgullosos; arreglos en las palmeras, Ayuntamiento, matadero, alumbrado, lavaderos, etc.; embelleció el paseo de la piscina con los actuales árboles y farolas y alquitranó la carretera de Zarzuela con la intención de seguirla mejorando, hoy olvidada; creó el “Punto Limpio” en la actual ubicación, etc., etc.
Después de su etapa municipal siguió colaborando con la Parroquia en aquello que se le necesitaba, pero la pérdida de su mujer y algunas enfermedades le fueron retirando de una mayor actividad social.
Siempre fue muy querido por sus amigos por el carácter alegre y conciliador que tuvo, también la vida pública que vivió, lógicamente, le generó enemigos acérrimos, pero tanto unos, como otros, están de acuerdo en su valentía, decisión, tesón y amor por todo lo que era su pueblo Aguilafuente.
Muy querido por sus cuatro hijos a quien deja un vacío insustituible, pero también un ejemplo de valores y recuerdos de una persona irrepetible.
Descanse en Paz, allá donde se encuentre.
Fuente: https://www.eladelantado.com/