POR MIGUEL GALLEGO ZAPATA, CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA DE SAN JAVIER (MURCIA).

Podríamos hablar de parentesco, pero hoy traemos a nuestras páginas a David Zapata García, que ha conquistado el campeonato del mundo 2021 de billar a tres bandas en Seúl, capital de Corea del Sur.

Gesta que no solo para San Javier, sino para toda España es motivo de orgullo. He sido uno de los directivos del Club Billar de San Javier y he participado en los campeonatos sociales de dicho club, donde David dio sus primeros pasos en este deporte, ha organizado en años anteriores y estoy en condiciones de asegurar que una carambola a tres bandas tiene gran dificultad (hay que tener una buena visión espacial).

Su abuelo Juan Zapata, dedicó su vida a trabajos de hostelería y llegó a su jubilación siendo operario municipal. Su abuela Maricruz es una mujer encantadora que cuenta con el afecto y la consideración de los que la conocemos. Su padre funcionario de administración local en San Javier, muy volcado con el Patronato de deportes Municipal. Su madrina María de los Ángeles Gea Sánchez, muy amiga de mi casa, trabajadora de la Comunidad Autónoma, mujer laboriosa donde las haya, presume siempre de las cualidades de su ahijado. David a parte de su dedicación al Billar a través de Centro de alto Rendimiento de la Región de Murcia, en Los Alcázares , donde contó con la inestimable ayuda del gran profesor y campeón José María Quetglas, realizó estudios en la Universidad del Deporte en Santiago de la Ribera, además de estudios de Economía. Si padrino José María , tantos años en la farmacia Carrión y jubilado en Aidemar, cuando los míos no pueden llevarme, me acerca en su coche a los congresos que los cronistas realizan por la Región de Murcia y es conocido por todos los cronistas, pues lo presento como mi primo.

Llamó David por teléfono al presidente del Club Billar de San Javier, Francisco Jareño, que estaba en mi casa, me pasó el teléfono y tuve la dicha de poder felicitarlo personalmente y decirle lo contentos que estábamos en San Javier por semejante proeza.

FUENTE: EL CRONISTA