POR PEDRO SÁNCHEZ NÚÑEZ, CRONISTA OFICIAL DE DOS HERMANAS (SEVILLA). MIEMBRO DE LA REAL ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE CRONISTAS OFICIALES (RAECO)
Cuando en España se abrió un nuevo ciclo histórico y político con la aprobación de la Constitución de 1978, se despertó en los ciudadanos un sentimiento de pertenencia a la Comunidad en la que más cercano tienen el gobierno.
Y así, nacieron otros poderes más inmediatos, representados por las Comunidades Autónomas y los nuevos Ayuntamientos, unos arrogándose a una veteranía que incardinan en una cierta justificación de antecedentes pretéritos, y otros, por no ser menos como es lógico, buscando en su propia historia su razón de ser. En muchos casos, los ciudadanos de más de una Comunidad recién nacida, recibieron esos Gobiernos con sorpresa y no poca ilusión.
Pero en todos los casos, una cosa tuvieron en común todos los ciudadanos y es que su condición de vecinos de un municipio seguía siendo la de siempre. El Municipio persiste a lo largo y ancho de la Historia, desde los tiempos más remotos, como una forma de gobierno cercana e implicada directamente en el día a día de los españoles. Desde “El mejor Alcalde, el Rey” o “El Alcalde de Zalamea” o el recuerdo de aquél buen rey que fue Carlos III, a quien la Historia lo reconoce como el mejor Rey-Alcalde de la Capital.
El nuevo y moderno Municipalismo se abría paso a partir de 1978. Nos estamos deteniendo en algunas personalidades destacadas al frente de aquellas Alcaldías surgidas de las Elecciones Municipales de 1979, sin que esto suponga desmerecer a ninguno de otros titulares históricos o actuales de este cargo, difícil pero atractivo, a lo largo de la Historia. Uno de esos emprendedores del municipalismo, sin duda, fue el primer Alcalde sevillano de la Democracia, Luis Uruñuela, que se alzó por consenso con la Alcaldía hasta 1983, desplegando la mejor de las aptitudes para devolver a los ciudadanos de la capital hispalense, mediante el consenso de las fuerzas representadas en el Consistorio, la cercanía de los sevillanos con la administración. Uruñuela tuvo que lidiar con los años más difíciles del Ayuntamiento, con una grave situación económica del Consistorio; con inmenso esfuerzo enderezó las obras del Metro sevillano o del polígono aeropuerto, contando siempre con el consenso y el apoyo de otras fuerzas políticas.
Junto con los Alcaldes de Córdoba, Julio Anguita, y de Málaga, Pedro Aparicio (primer Presidente de la FEMP), defendió durante años la unión de los Ayuntamientos “empobrecidos y desprotegidos”, aunando fuerzas entre las tres capitales andaluzas, sin importarles el color político de cada uno, para fortalecer el prestigio de unas instituciones “desacreditadas y empobrecidas” que hasta ese momento no habían funcionado como la ciudadanía requería, más cerca de los administrados.
Tras su elección, 20 Alcaldes se reunían a principios de los ochenta llevando en sus carteras la idea y el proyecto del municipalismo y el Estatuto de Autonomía con el Ministro Fernando Abril Martorell, exigiéndole en principio que el Gobierno, en ese momento de la UCD, dotara a los nuevos, democráticos e inexpertos Alcaldes con una Nueva Legislación para modernizar la institución municipal. Para sustituir a Uruñuela, los sevillanos eligieron en las urnas en 1983 al “histórico” Manuel del Valle Arévalo, un abogado que estuvo en la famosa “reunión de la tortilla”, que gestionó la ciudad hasta 1991 registrando Sevilla un cambio espectacular, con grandes obras de infraestructura, con nuevos puentes sobre el Guadalquivir, mejoras decisivas en el transporte por ferrocarril, con la puesta en marcha del AVE, la nueva y modernísima estación de Santa Justa, la nueva terminal del Aeropuerto de San Pablo y la recuperación de la Isla de la Cartuja, obras que posibilitaron la celebración de la gran Exposición Universal de 1992 (EXPO).
Para Sevilla la celebración de la EXPO supuso un colosal paso adelante en la modernidad y entramado de la ciudad. Miles y miles de visitantes de todo el mundo pudieron comprobar y disfrutar de una ciudad moderna, preparada y ágil, reconvertida en apenas diez años.
Otro ejemplo de Alcalde constante y emprendedor es Francisco Toscano Sánchez, abogado sevillano que lleva al frente del municipio de Dos Hermanas desde 1983 hasta la actualidad.
Bajo su Alcaldía, está conocida localidad sevillana se ha convertido en una gran ciudad, con 138.000 habitantes, con unas infraestructuras y equipamientos verdaderamente espectaculares.
Toscano es un municipalista convencido y muy activo, y ha sido Presidente de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias, FAMP, durante el periodo 2004-2012. Y por aquellos años ochenta nacía la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), creada al amparo de lo previsto en la Disposición Adicional Quinta del 2 de abril de la Ley 7/1985, Reguladora de las Bases de Régimen Local. Surgida del interés de muchos Alcaldes de toda España que hicieron época y serán recordados siempre, por su decidida actitud por poner a los municipios a disposición de los ciudadanos.
Rebobinando la película del municipalismo, encontramos en el desempeño de la Alcaldía a esas conocidas personalidades que han hecho historia de esta institución, uno de los más antiguos órganos de gobierno cercano existentes en España. Son muchos los ejemplos de esos Alcaldes con una gran pasión por el municipalismo, con una importante preparación profesional que les fue de gran utilidad para el fructífero desempeño de su responsabilidad. En el caso de Sevilla llegaron otros Alcaldes: Alejandro Rojas Marcos, Soledad Becerril, Alfredo Sánchez Monteserín, Juan Ignacio Zoido Álvarez, que fue también Presidente de la FEMP, y el actual Juan Espadas.
Fue precisamente en esos años setenta históricos y difíciles cuando nació la Asociación Española de Cronistas Oficiales, cuyo impulso creador vino vinculado al municipalismo, de la mano de Julián Carrasco Belinchón, ilustre administrativista y Director General del Instituto de Estudios de Administración Local. El profesor Carrasco Belinchón organizó la Primera Reunión Nacional de Cronistas celebrada en Madrid y Toledo entre el 9 y el 11 de diciembre de 1976, que dos años más tarde, tras la aprobación de sus Estatutos, dio lugar a la Asamblea Constituyente de nuestra Asociación, celebrada en Ávila el 24 de junio de 1978.
Fuente: “Carta Local”, Número 343. Febrero de 20121. Páginas 21 y 22
Fuente: http://femp.femp.es/files/842-360-fichero/Carta%20Local%20n%C2%BA%20343,%20febrero%202021.pdf