POR FULGENCIO SAURA MIRA, CRONISTA DE ALCANTARILLA Y FORTUNA (MURCIA)
Supone una visión de la villa entre los años y 1895 y 1935. Mucha ha llovido desde entonces pero la villa de Usodemar se ha desarrollado en razón del progreso. El siglo XIX nos presenta una sociedad romántica que va aburguesándose en nuevas exigencias. Aquella imagen del huertano utilizando su carro o tartana para venir al mercado de Alcantarilla va a ser sustituida por la presencia del tranvía de tracción animal y de vapor, como medio de comunicación ya en vigor en 1892, como el ferrocarril cobrará presencia a través de la línea MZA que supone un gran adelanto para Murcia y Alcantarilla.
Después se exigen nuevos servicios como el de correos y Telégrafos con su Casa correspondiente. Mucho daría que tratar y a la vez se ha escrito, pero acaso se desconozca, de un lado los inconvenientes al principio en el replanteo del trazado de las vías del tranvía en la villa por razones de conveniencia y facilidad, que se plantea por D. José Cayuela y D. Luis Ibáñez, presidente y director de la Compañía anónima de tranvías de Murcia buscando el interés de los vecinos. Se trata en ese momento de renovar el trazado de dicha línea utilizando las calles de Zamplana y el extremo de la de Mula hasta llegar a la estación de la línea férrea de Madrid, en vez de hacerlo por la de la Estación. Se plantea bajo el mandato del alcalde D. Diego García López y el secretario Juan Hidalgo Pagán, que trabajan por acelerar los trámites de replanteamiento que se lleva a cabo en 1896 tras la presentación de los planos precisos, informes de la Comisión de Policía y demás, quedando aprobado
No es de menor interés, pasado el tiempo el de aportar soluciones a las demandas de la población cada vez más industrializada, sus necesidades de vida y de comunicación que son exigencias de una burguesía nueva, potente y con sensibilidades estéticas que da lugar a una transformación urbanística de la villa, dejando aparte aquellas escenas costumbristas de miseria. Alcantarilla en los albores del siglo XX se abre al mundo, a la cultura, al arte arquitectónico utilizando para mayor lujo la técnica del arquitecto urbanista que inyecta de savia modernista sus viviendas y plazas, sus casas, que como las muchas que se observan en sus calles, y donde la del edificio de Correos o del Ayuntamiento entre otros ilustres, delatan su calidad y entronque con un estilo muy singular a través de la mirada de un gran arquitecto valenciano Joaquín Dicenta Villaplana que llega a Murcia en 1918, se queda para dejar preciosos edificios en la ciudad y en Alcantarilla, que son su patrimonio que hay que defender.
Y es que si bellos son los relativos a la Casa de los Jarrones o de la Peña murcianas, no lo son menos los que hay en nuestra villa. Estamos en el siglo XX y las necesidades son distintas en el tema de la comunicación con la necesidad de construir una Casa de Correos y Telégrafos que suplante a las peregrinas oficinas dispersas por las viviendas. Se toma nota y se inician los trámites para su realización en 1935. Se solicita ante el Ministerio de Comunicaciones que entre otras cosas exige al Ayuntamiento lugar de emplazamiento y proyecto de arquitecto, utilizando para su construcción obreros del paro.
El proyecto se le encarga a Joaquín Dicenta y se presenta al Ministerio de Comunicaciones para ser examinado por el arquitecto Conservador quien dictamina favorablemente con algunas condiciones, lo que se hace constar en una comunicación de fecha 2 de septiembre de 1935, la firma el arquitecto Luis Lozan. Con ello cuenta la villa con otro edificio modernista en el que se nota la mano del de Castellón en la versión de los planos en cuanto a la planta de situación planteando su emplazamiento con las plantas de cimientos y desagues, de cubiertas, fachadas y de entramados de hierro. Los materiales se traen de Cartagena utilizando yunta de bueyes, carreta y ferrocarril, pues que se pormenoriza en el proyecto todo lo referente a materiales y precios. Se trata de un edificio más de carácter modernista bajo la batuta de un gran arquitecto que hay que revitalizar y valorar. Son unas notas que nos sitúan en un momento importante de la villa que se embellece con la serie de edificios singulares de arquitectos tan importantes como Joaquín Dicenta Peñalver.
FUENTE: F-S-M EL CRONISTA