«NO QUEREMOS OLVIDAR –SEÑALAN AMBAS– A QUIENES HICIERON ESTO POSIBLE: CARMEN LÓPEZ, MARIVÍ CAPABLO, LOURDES GROS, EL APOYO DE BIZÉN D’O RÍO, CRONISTA OFICIAL DE LA COMARCA DE LA HOYA…”
Tomás Moyano es un diplomático escocés de padres españoles, nacido en Edimburgo: su condición de viajero impenitente se completa con la honorabilísima costumbre de coleccionar bellos recuerdos de los lugares visitados, sobre todo trajes, calzado, sombreros y abanicos. Una alternativa loable a los imanes de nevera, sin descrédito para los más originales de esta magnética especie. En Bruselas conoció a un matrimonio de Alerre, que residía allí por cuestiones de trabajo; en las conversaciones que siguieron a la primera, Moyano manifestó su deseo de encontrar un sitio para exponer lo mejor de su colección, y Alerre surgió como la perfecta alternativa. Hace quince años, esta pequeña localidad pegada a la ciudad de Huesca inauguró su Museo del Traje y el Calzado; tiene una colección de 3.000 piezas, de la cual se expone una parte, con rotaciones periódicas del material almacenado.
Los trajes y el calzado del museo están en la Torre-Campanario de la iglesia de Santiago, en un área desacralizada del antiguo palacio del conde de Bornos. El Ayuntamiento, que está al lado, tiene sombreros y abanicos. Maite Vidal y Cristina Ríos se encargan de las visitas guiadas y la conservación del espacio como voluntarias desde las Asociación de Amigos del Museo. «No queremos olvidar –señalan ambas– a quienes hicieron esto posible: Carmen López, Mariví Capablo, Lourdes Gros, el apoyo de Bizén d’o Río, cronista oficial de la comarca de La Hoya… la verdad es que se trata de un museo distinto a lo habitual en pueblos de este tamaño. Te puedes encontrar con un gran kimono rojo de boda japonés, una burka afgana, un traje escocés de gala… muchas cosas en un espacio de acceso gratuito que pudo hacerse gracias a fondos europeos, con la canalización de Bizén. Nos visita mucha gente, las jornadas de puertas abiertas de la comarca han ayudado a darlo a conocer más, tenemos visitas escolares… estamos contentos».
LOS IMPRESCINDIBLES
La Cofradía del Rosario
Se fundó en 1671 para prestar apoyo religioso y material a sus miembros, que podían solicitar créditos para la compra de simiente para sus campos, al igual que para la compra de caballerías o ganados: una primera caja rural de ahorros.
La vía verde
La nueva variante del Canfranero afectó al antiguo tramo de vía ferroviaria entre Huesca y Alerre, que ahora están conectadas por una Vía Verde apta para peatones y bicicletas: los vehículos a motor no pueden usarla.
Teatro y devoción
Recuerda Josefina Gros que una maestra del pueblo, Aurora Lasala, organizó a los niños en actividades de teatro y montó la obra ‘Las espigadoras de la rosa del azafrán’. Con lo recaudado se compró una imagen de Santiago.
Fuente: http://www.heraldo.es/