POR JOSÉ CATALUÑA ALBERT, CRONISTA OFICIAL DE ALGAR DE PALANCIA (VALENCIA)
Los próximos días 23 y 24 de septiembre, Algar de Palancia celebrará sus fiestas patronales en honor de San Pedro Nolasco, San Ramón Nonato y la Virgen de la Merced, y queremos aprovechar la oportunidad que nos brinda esta revista para comentar brevemente la gran relación entre la Orden de la Merced y Algar de Palancia.
La Orden Real y Militar de Nuestra Señora de la Merced y la Redención de Cautivos, conocida popularmente como Orden de la Merced, fue fundada en Barcelona en el año 1218 por Pedro Nolasco, nacido en 1180 en Mas-des-Saintes-Puelles, en el Departamento de Aude (Francia), asistido de su confesor, el dominico, canónigo y gran jurista, Ramón de Penyafort, y del obispo de Barcelona Berenguer II de Palou. La Orden de la Merced recibió el reconocimiento oficial de la Iglesia de parte del Pontífice Gregorio IX el 17 de enero de 1235, el cual le otorgó la regla de San Agustín.
Los religiosos mercedarios, además de los tres votos característicos de las órdenes religiosas (pobreza, obediencia y castidad), tenían un cuarto voto: el de redención de cautivos, conocido también como “vot de sang”, según el cual “todos los frailes de esta Orden han de estar siempre alegremente dispuestos a dar sus vidas, si es necesario, como Jesucristo la dio por nosotros”. La labor de redención de cautivos la llevaron a cabo los mercedarios hasta finales del siglo XVIII, calculándose que fueron unos 60.000 los cristianos redimidos en tierras musulmanas.
Tras el descubrimiento de América, la Orden de la Merced extendió su presencia a tierras americanas, con la misión de evangelizar, junto a los franciscanos, dominicos y agustinos, a los nativos de las mismas. Actualmente, la Orden de la Merced comprende en América las provincias de Argentina, Brasil, Chile, Méjico, presePerú y Quito-Ecuador y las rectorías de Caribe, América Central y Venezuela.
Jaime I, rey de la Corona de Aragón, dio su máximo apoyo a la Orden de la Merced desde su fundación, apoyo que mantuvo durante todo su reinado y que continuaron sus sucesores. Cabe citar, como ejemplo, que la fundación del
Monasterio de El Puig (Valencia) se debió a la voluntad del propio Jaime I, el cual proclamó a Santa María del Puig patrona del reino de Valencia y ordenó edificar un monasterio en el que habría de quedar la imagen de la Virgen, encargando a los mercedarios la custodia perpetua del santuario.
Llegados a este punto habrá quien se pregunte qué relación han tenido o tienen un pequeño pueblo como Algar de Palancia y la Orden de la Merced. Y esto es lo que se pretende explicar brevemente en este comentario.
Jaime I, en su constante progresión por las tierras musulmanas que luego serían el reino de Valencia, al parecer decidió conquistar todo el valle del río Palancia, en el que se encuentra Algar de Palancia, entre las sierras Calderona y Espadán, antes que ciudades o poblaciones importantes como Burriana y El Puig..
Jaime I iba repartiendo las tierras conquistadas entre aquellos que le iban ayudando. Por este motivo, el rey dio a Ramón (o Raymundo) Morelló la administración de la entonces alquería o lugar de Algar (el nombre de Algar de Palancia es de principios del siglo XX), reservándose el rey el señorío y jurisdicción, situación que perduró hasta tiempos del rey Juan II de Aragón, si bien este, a causa de la sublevación de Cataluña, se vio obligado, con el objeto de recaudar fondos para la guerra, a vender el señorío y jurisdicción de Algar a don Francisco Jardí de Menaguerra, señor de Bonrepós, que fue realmente el primer Barón de Algar.
Ramón Morelló cedió en su testamento la administración de la totalidad de las tierras de Algar que había recibido a la Orden de la Merced. Recordemos que solo se trataba del dominio administrativo ya que, como se ha dicho, el señorío y jurisdicción se los reservó el rey y luego los vendió a don Francisco Jardí de Menaguerra.
Fue el Padre General de la Merced Nadal Gaver quien, por el precio de 3000 sueldos reales de Valencia, compró a don Francisco Jardí de Menaguerra, en 1471, el señorío y jurisdicción de Algar. Los mercedarios estuvieron presentes en Algar durante seis siglos, primero ostentando únicamente el dominio administrativo del mismo y después, desde 1471, con su señorío y jurisdicción, ostentando, desde esta última fecha, el Padre General de la Merced el título de Barón de Algar i Escales (Escales es un lugar próximo a Algar), título que conservan todos los Padres Generales de la Merced hasta la desamortización del ministro Mendizábal en 1836, ostentándolo actualmente solamente a título honorífico.
Algar, al igual que el resto de poblaciones del Camp de Morvedre, se configura pues como señorío en el siglo XIII y se va consolidando poco a poco gracias a su dependencia de la Orden de la Merced, con una serie de limitaciones, privilegios y concesiones.
Así, Jaime II, en marzo de 1308, reconoce la excepción del “ monedatge”a los habitantes de Algar, aduciendo como razones para ello que dicho impuesto no afectaba a los eclesiásticos: “facen manament de part del senyor Rey et sua dona la Reyna al dit cullidor del dit monedatge, que no fasa ni distrenga lo dit Comanador ni los homens chistians ni moros, habitants …en Algar a donar ni a pagar el dit cullidor dit monedatge”.
En 1393 el rey reconoce a Algar la facultad de introducir sus ganados en el término de Azuébar (Castellón).
Juan I exime a los habitantes de Algar del pago de impuestos relacionados con el transporte (peajes, portazgos, etc,), gracias a la intervención del Maestro General de la Orden de la Merced, que actúa como intermediario entre el rey y el pueblo.
Algar, tras la expulsión de los moriscos del reino de Valencia , queda totalmente desierto y sin habitantes, siendo repoblado en 1610 por 26 familias de cristianos viejos, El Rvmo. P. Fr. Felipe Guimerá, Barón y Señor de la Baronía de Algar, como General de toda la Orden de la Merced, establece en los “Capítulos para los vasallos de la Baronía de Algar” los pactos y condiciones que han de regir la vida de los nuevos pobladores de Algar, en los que se contiene una clara subordinación al señor y una detallada descripción de las obligaciones y derechos de aquellos. A título de ejemplo, reproducimos literalmente algunas de sus disposiciones:
“Que de cascun cap de ganado, així llanar, com cabriu se haja de pagar per cada hu, un diner, y de cascuna colmena altre dinar al dit Senyor de la Baronia de Algar, so es cxascun any”.
“Que se haja de donar, y pagar a dit Senyor, la dehena part de totes les olives, que es culliran en la Horta y terme de dita Baronia, sens haver de pagar cosa alguna de collir a aquelles”.
Si bien algunas obras llevadas a cabo bajo la administración y señorío de los mercedarios, como las balsas para el riego de las huertas, se llevaron a cabo en el siglo XV, es a partir de la repoblación cristiana, bajo el pleno dominio de Algar (señorío y jurisdicción) por la Orden de la Merced, cuando, además de tener lugar una nueva redistribución de las tierras y casas entre los nuevos pobladores, dentro del régimen señorial imperante, los mercedarios llevan a cabo sus más importantes obras en este municipio, tales como la remodelación de la antigua “torre guaita”, al parecer construida bajo dominio musulmán, la construcción de una cisterna para el abastecimiento de agua a la población, la Casa del Barón, y, sobre todo, la iglesia parroquial, esta en el siglo XVIII, de estilo barroco y rococó.
Con la desamortización de Mendizábal en 1836, cesa el dominio de la Orden de la Merced sobre Algar y este pasa ser un municipio independiente.
En otro orden de cosas, hay que decir que la influencia de la Orden de la Merced fue extraordinaria en el campo religioso. En este punto sí que se puede afirmar que Algar es cien por cien mercedario ya que, además de la conservación de muchas tradiciones mercedarias, sus patronos seculares lo son, como se ha dicho al principio, la Virgen de la Merced, con su típica procesión en la que a la imagen de la Virgen la acompañan doce niños y ocho portadores, ataviados todos ellos de otomanos, que simbolizan los cautivos cristianos hechos prisioneros por los musulmanes, y San Pedro Nolasco y San Ramón Nonato, ambos como sabemos mercedar
En este breve comentario, y siguiendo la documentación que se reseña a continuación, hemos pretendido relatar las profundas relaciones históricas entre la Orden de la Merced y Algar, de las que han quedado huellas importantes, sobre todo en lo religioso y en las tradiciones y cultura. A los lectores y a los expertos en la materia les corresponde sacar sus propias conclusiones.
DOCUMENTACIÓN CONSULTADA
– Una descripción de Algar de Palancia a principios del siglo XVIII, de Francisco Hernández Amorós.
– Realengo y señorío en el Camp de Morvedre, de José M.Iborra Lerma-
– Datos históricos de Algar, de Saturnino Arocas Franch.
– Estils artístics en l’església d’Algar, de Alfonso Hermoso de Mendoza Arocas.
– Archivo histórico municipal de Algar.