POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA
El primer partido jugado en el campo de fútbol de Torrevieja, entre los importantes equipos del Real Murcia y el C.D. Castellón, tuvo lugar el sábado día 15 de agosto, resultando durísimo.
A la hora anunciada dio comienzo el juego, después de hacerse entrega los capitanes de ambos equipos dos artísticos tamos de flores, regalados por la directiva del Torrevieja F.C.
El Real Murcia, con un bonito juego raso muy bien llevado por Campius, llegó a los pocos instantes a los dominios de Alanga, quien repelió hábilmente el ataque de los murcianos.
El Castellón, contraatacando, llegó a la puerta del Real Murcia, y Pagán fue descaradamente cargado por el delantero centro del Castellón, y a pesar de ello salvó con magistral estilo el peligro.
Castró, aprovechando un cabezazo de Campius, batió las mallas de Alanga, en un fuerte disparo.
A partir de aquí, el C.D. Castellón inició un juego sucio, que el público aplaudió en algunas ocasiones. Campius tuvo que retirarse lesionado a consecuencia de un rodillazo.
Salió Abellán a ocupar el puesto. Castro, aprovechando un desconcierto ante la puerta del Castellón, envió otro potente disparo que Alanga detuvo hábilmente.
El juego se endureció. Del Real Murcia sólo destacaban Pagán –muy buen defensa-, Mateu, Pardo –que actuó valientemente- y Castro en algunos disparos. El C.D. Castellón, jugando rápido, llegó a los dominios del real Murcia, pero Pagán lo cortó todo, y sus, y sus intentonas fueron infructuosas.
El primer tiempo terminó con un gol a favor del Real Murcia.
Tras el descanso, calmados los ánimos por consejo de los directivos, empezó el segundo tiempo con un juego menos violento, pero bien pronto los ardores de la lucha enardecieron a los jugadores, tomando el encuentro un cariz en extremo desagradable, llegando la agresividad a buscar más al jugador que al balón para darle una patada.
Faltando diez minutos para terminar el encuentro el C.D. Castellón, después de una reñidísima igualada, consiguió el empate.
El partido siguió sucio y falto de jugadas vistosas.
Sacaron del centro los murcianos y en una rápida combinación llegaron a los dominios de Alanga, portero castellonense, y cuando Roselló, sólo ante el portero, se disponía a chutar, fue arrojado al suelo por una zancadilla. El árbitro castigó la falta con un penalti. Los jugadores del C.D. Castellón protestaron y se opusieron a que se tirara el castigo. Los esfuerzos del árbitro para imponerse resultaron infructuosos. El público protestó de lo que sucedía, y el árbitro demandó el concurso de la autoridad; fue entonces cuando el alcalde de Torrevieja, Waldo Calero Idiarte, tratando de terminar con situación y diciendo: “El castigo se va a tirar, pero el balón ha de ser lanzado como una falta”. Protestaron lo murcianos y el árbitro, que debía de ser la única autoridad en el campo, abandonando el campo y dando por terminado el partido, en vista de la intromisión del alcalde en un asunto que no era de su incumbencia.
La intervención del alcalde de Torrevieja, fue catalogada por el público de inoportuna y peligrosa, pues dada la actitud del público, que se limitaba a protestar desde sus localidades, él nada tenía que intervenir y al hacerlo dio lugar a violentas las protestas que tuvo que soportar.
Más oportuna fue la intervención de la sociedad Torrevieja F.C., propietaria del campo de fútbol, que estaba cerca del representante del C.D. Castellón, haciéndole saber que la actitud de su equipo podía acarrearles serios contratiempos con los que tendría que hacer frente con la cantidad de dinero que tenían destinada para pagar los gastos del equipo.
Los aficionados torrevejenses, que allí se habían dado cita, se manifestaron en franca agresividad contra el Real Murcia. Esta actitud resultó inexplicable al tratarse de un “equipo de fuera”, el Deportivo Castellón.
Arbitró el señor Ortega.
A las órdenes del señor Servet volvieron a jugar estos dos equipos, el domingo día 16 de agosto.
El Real Murcia se presentó sin Campius y sin Pardo.
En este encuentro el Real Murcia hizo una exhibición de juego de juego excelente, actuó como en sus mejores tardes y contra el público. Contra las suciedades del C.D. Castellón demostró la alta calidad de su juego y la valía de sus componentes.
A los pocos minutos de empezar, Marcos anotó para el Real Murcia el primer tanto, al tirar un penalti contra el C.D. Castellón.
La línea media y defensiva del Murcia, sobre todo Castro, jugaron muy acertadamente.
Ortiz fue lesionado al correr en línea con el esférico. Montoro fue expulsado del terreno de juego y más tarde, otro jugador del C.D. Castellón corrió idéntica suerte.
Pagán y Roselló formaron una buena pareja defensiva. Pagán sobre todo, tuvo momentos geniales.
Marcos envió el balón de cabeza a Ricardín y éste, sin correr la línea, lanzó un templado centro que fue aprovechado por Castro para batir la meta de Alanga de un potente tiro, que no vio, ni pudo detener.
El partido cada vez se fue haciendo más sucio. Los castellonenses sólo pusieron zancadillas y cargas ilegales en los últimos momentos. Ariño fue violentamente cargado y salió lesionado. Alanga dio una patada intencionada a Ariño, y entre estos y Castro se cruzaron bofetadas.
Respecto al resto del juego, en el terreno resulto una obstinación muy perjudicial para el Real Murcia la inclusión en el equipo de Pardo; jugador que estaba desentrenado, sin juego con la pierna izquierda, y con un afán de retroceder ante el contrario, proporcionando muchos disgustos a su equipo. En cambio, Roselló, que hubiera hecho una buena pareja con Pagán, se hizo jugar de delantero centro, perdiendo notablemente facultades. Persistir en alinear como defensa a Pagán y a Roselló, fue comprometer la victoria del Real Murcia.
De todo lo sucedido, la responsabilidad fue del público de Torrevieja, que alentó en su juego sucio a los jugadores de Castellón en las dos tardes, en vez de censurarles esos procedimientos.
Con esta reseña de los dos encuentros veraniegos, jugados en 1925, doy por terminada, desde la sección “DEL ACEQUIÓN A LA PUNTA” los inicios históricos del deporte futbolístico en Torrevieja.
Fuente: Semanario VISTA ALEGRE. Torrevieja, 27 de septiembre de 2014