POR ANTONIO GASCÓ, CRONISTA OFICIAL DE CASTELLÓN
Comentábamos la semana anterior la expresión «ir de punta en blanco» que, como dijimos, hacía referencia a una persona exhibiendo sus más preciadas galas para ir a un acto suntuoso o de prosapia. Pues bien, existen varios sinónimos de esa frase. Dos muy conocidos pueden ser ir de «tiros largos» o de «alto copete». Principiemos por este último:
El alto copete, evoca las ostentosas pelucas versallescas de las damas de la corte de los Luises de Francia, que patentizaban su alcurnia elevando los tocados sobre su cabeza como si fueran montañas de bucles. A más linaje más alto copete, que era el nombre que se daba a esos añadidos postizos, enjoyados o adornados con lazos y cintas.
Tomando la parte por el todo al modo de sinécdoque, convendremos que el alto copete simboliza el eminente nivel de un acto al que se acude con los más lujosos atavíos.
Por último, refiriéndonos a la segunda expresión, es sabido que se llama tiro (no confundir con otras muchas polisemias entre las que la más conocida es la que se refiere a los disparos de armas de fuego) a la recua de caballerías que arrastran los carruajes.
Pues bien, los tiros largos se refieren al número de cuadrúpedos que llevaban las carrozas de los aristócratas cuando iban a ceremoniales de alcurnia.
El tronco de acarreo, como mínimo, triplicaba el de los carromatos o las diligencias de pasajeros convencionales. Así pues, esos «tiros largos», por una articulación de metonimia literaria, pasaron a designar el porte en el atavío.
Fuente: https://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/contra/alto-copete-tiros-largos_1179160.html