POR JOSÉ LUIS CABO SARIEGO, CRONISTA OFICIAL DE RIOSA (ASTURIAS)
Aprovechando que recientemente el programa de la TPA, «De hoy no pasa», ha estado grabado a Amada Fernández Hevia (86 años), queremos rendirle homenaje a esta mujer pionera, trabajadora de las minas de cobre y de cobalto de Texeo (Riosa). En ella, también queremos ver representadas a la larga lista de mujeres de Riosa y sus Concejos limítrofes que, en las décadas de los años 1940 y 1950, desarrollaron una ardua tarea en estas Minas de Texeo. Además del duro trabajo de seleccionar y lavar el mineral en una instalaciones medio abiertas, casi a la intemperie – lloviera, nevara o hiciese sol -, tenían otra dura tarea, sobre todo, cuando estas labores se hacían en Texeo, ya que debían ascender desde Llamo – a 525 m. -, hasta el piso 2º de la explotación -1.090 m. -. Y no digamos las que venían de otros pueblos de Riosa y de los municipios vecinos, que debían madrugar mucho más y hacer un recorrido aún mucho más largo. Entonces, sobre todo al principio, todo se hacía andando y con madreñas; después, los camiones que transportaban el mineral hacían un recorrido en el que iban recogiendo al personal, trasladándolo hasta Rioseco. Para este trabajo se dotaba a los camiones de bancos de madera plegables.
Quién le iba a decir al descubridor de las Minas de Texeo (Riosa) en el año 1888, D. Alejandro Van Straalen, que en la época moderna de la explotación, casi setenta años después, una larga lista de mujeres, principalmente de los pueblos de Riosa pero, también de los vecinos Concejos de Lena y Mieres, serían las encargadas de seleccionar y lavar el mineral de cobre que bajaba hasta Rioseco desde Texeo.
En una primera etapa, la labor del lavado del mineral, para dejarlo libre de la pegajosa arcilla que le acompañaba, se hacía a pie de las bocaminas. Para esta labor utilizaban una balsa de agua donde estaba instalada una especie de criba en posición inclinada que se movía mediante dos bastones laterales que manejaban las mujeres. Ni que decir tiene estaban a la intemperie a 1.090 m. de altitud – imaginaros por un momento esta imagen en época invernal -.
En esta trinchera, donde hay dos bocaminas, aun se conserva el depósito que recogía el agua procedente de «LA FUENTE SAYAN», conducido mediante una tubería de gres de 10 ctm. de la que, aún hoy, se pueden ver algunos tramos que han resistido el paso del tiempo.
Más adelante, con la instalación del cable aéreo, estas labores se realizaban en Rioseco, en unas instalaciones ya más adecuadas. Entonces el mineral, que llegaba a través del cable, se depositaba en las cintas que lo iban pasando por delante de los grupos de mujeres que iban seleccionandolo y apartando la piedra, para después seguir el proceso químico mediante el cual se separaba la mena de la ganga. Como os decíamos, la lista de mujeres era larga. A continuación os vamos a relatar aquellas de las que tenemos constancia que trabajaron en los lavaderos de Rioseco – seguro que habrá otras muchas, pero desconocemos sus nombres -:
Del pueblo de Llamo (Riosa): Argentina, Amada, Lumina, Gloria ..
Del pueblo de Rozacaxil (Riosa): Sabel, Amadita, Laurentina, Carmen ..Del pueblo de Les Texeres: Consuelo, María ..
Del pueblo de San Adriano: Guillermina ..
Del pueblo de La Cantera (Riosa): Luz, Amelia ..
Del pueblo de Muriellos (Riosa): Letrita, Rosaura, María Bernalda ..
Del pueblo de Felguera:(Riosa):María Turón, Guillermina La de Anina ..
Del pueblo del Huespe (Riosa): Ángeles y Nieves ..
Del pueblo de Villamer (Riosa):Josefa y Gelinos(hijas de Vicente Talina).
Del Candanal: Tides ..
También, de Muñón (Lena), Berta Cortina- la del Bar de La Maerá -, Conchita la del «portu» – de Reconcos de Lena -; de la Fabariega (Mieres): Adela, Milagros y Elvira ..
Amada nos habló de los madrugones que debían de hacer para subir desde Llamo hasta el piso 2º de Texeo – desde 525 m. hasta 1.090 m.-, con una fuerte pendiente a través de las 52 revueltas de las que hablaba el ingeniero D. Alfonso Dory.
Amada, a pesar de sus 86 años, tiene una memoria privilegiada y nos contó algunas de sus vivencias durante sus seis años de trabajo en las Minas de Texeo. Como cuando se instaló el cable aéreo para bajar el mineral desde Texeo a Rioseco. El cable fue arrastrado montaña arriba por la fuerte pendiente por las mujeres, principalmente, ya que los hombres, con excepción de los del taller, estaban destinados en el interior de las minas. Las mujeres nunca trabajaron en el interior. Era un trabajo muy duro, se ponían en hilera y subían con el pesado cable por la empinada ladera desde los 640 m. – en Rioseco – hasta los 1090 m, del piso 2º. Debido al roce del cable en los hombros, se quejaron a la dirección y les facilitaron un artefacto adaptado al hombro, de forma que no les rozara el cuerpo.
En otra ocasión, nos cuenta, que a pocos metros de una de las bocaminas, se descarriló un vagón y los hombres les pidieron ayuda para volver a encarrilarlo; en un principio se negaron, porque ellas nunca entraban en la mina, no obstante, al final – al estar a pocos metros de la entrada -, Argentina y ella accedieron, poniéndolo en circulación nuevamente. Entonces, dice, eran jóvenes.
También recuerda que fueron las mujeres las que dotaron de firme de macadam la pista entre Rioseco y La Mesta. Otra labor que recuerda es la relativa al transporte con cestos terreros de ladrillos para la construcción de barracones y edificios auxiliares en Rioseco, como consecuencia de la llegada masiva de trabajadores procedentes de la Meseta.
Así mismo, nos relata que, en una ocasión tuvo que ir a la oficina, donde trabajaba Aladino Álvarez, que ejercía las labores de practicante y administrativo; coincidió que estaba afiliando a un nuevo trabajador y le comentó: «Amada, con este ya somos cien trabajadores en la empresa».
Por último, recuerda que, los domingos, se celebraba baile en el edificio de las oficinas – edificio hoy desaparecido -, al que acudían jóvenes de todos los pueblos de la redonda, de Riosa y de los Concejos vecinos, y que – en algunas ocasiones – trasladaba el camión de la empresa. Hubo un baile muy especial que ella recuerda con claridad meridiana, fue el día de Santa Bárbara. Los amos, como ella dice -D. Julio y D. Ramón – , compraron un xatu y dieron una comida a todos los trabajadores, celebrandose a continuación el baile pero, en esta ocasión, tuvo lugar en el salón grande de «La Casona», donde vivía el ingeniero. El baile, según nos cuenta, fue amenizado por un músico del Concejo de Aller conocido como «EL CIEGU LA QUINTA».
REPORTAJE FOTOGRÁFICO:
Amada Fernández Hevia ( 86 años),en Rioseco (Riosa), donde trabajó durante seis años seleccionando y lavando el mineral de cobre de Las Minas Texeo (Riosa). En esta foto, la vemos, delante de antiguas instalaciones donde estaba el lavadero del mineral.
Amada Fernández Hevia ( 86 años), trabajó durante seis años seleccionando y lavando el mineral de cobre de Las Minas Texeo (Riosa).
Amada Fernández Hevia ( 86 años), trabajó durante seis años seleccionando y lavando el mineral de cobre de Las Minas Texeo (Riosa). Durante la grabación de la TPA – De hoy no pasa -, que se emitirá próximamente.
De izquierda a derecha: Milagros La Fabariega, Nieves la del Huespe; ? ; Lumina la de Llamo, Consuelo Les Texeres, Amores el del economato, Amada Fernández Hevia, de Llamo y Elvira la de la Fabariega.
Amada Fernández Hevia, de Llamo, Amadita y Sabel de Rozacaxil;Consuelo, de Les Texeres; Adela, de la Fabariega y Lumina de Llamo. Todas de Riosa.