POR JOSÉ DIONISIO COLINAS LOBATO, CRONISTA OFICIAL DE LA BAÑEZA (LEÓN)
Un año más se nos ha pasado la Semana Santa, esta vez envuelta en aguaceros que ha hecho deslucir los desfiles procesionales que nuestras tres cofradías; Santa Vera Cruz, Angustias y Soledad y Nuestro Padre Jesús Nazareno, nos tenían previsto para estos días en los que iban a recordarnos imaginativamente la Pasión y Muestre de Jesús. Una vez más, las inclemencias climatológicas no dejaron que presenciáramos, algunas de las procesiones que las Cofradías tenían programadas y sacaran a las calles esos valores escultóricos de sus tallas y patrimonio religioso.
Sin embargo, pudimos disfrutar, especialmente los más pequeños, de ver desfilar en sus hombros al Nazareno Pequeños, al “Santo Potajero”, alegría e ilusión de grandes y pequeños, que impacientes esperaron luego, ese ágape de garbanzos, arroz y bacalao con esa cantinela musical que don Arturo dirigirá: Santo Potajero lléname el puchero, llénamelo más que está por la mitad. O la procesión del domingo de Resurrección, donde la suelta de palomas, nos recuerda que Cristo ha vuelto que, ha resucitado y que en el oficio nocturno de ambas Parroquias se simbolizó ese rito religioso de, fuego, luz y agua.
Sin embargo, no faltaron esos acompañamientos musicales de bandas cofrades, de nuestra Banda Municipal, siempre rítmica y dirigida por Pachi Velez, o nuestra Coral del Milenario de San Salvador, en ese magnífico concierto de Semana Santa tenido en nuestro templo catedralicio de Santa María de la Plaza, donde las bóvedas de nuestro templo acogieron los melodiosos acordes del “Credo y Gloria” del maestro Antonio Vivaldi, entonadas por las corales “Ciudad de Astorga Excélsior” y “Milenario de San Salvador” , hermanadas, bajo las direcciones de Milagros Alonso y Jairo del Río. En el repertorio, los solistas y demás coralistas nos deleitaron con esa música sacra, cuyas notas musicales del armonio y otros instrumentos arroparon la narración de la Gloria de un Dios Todo Poderoso que sufrió una Crucifixión como hombre y una muerte como Rey.
También relacionada con nuestra Semana Santa y nuestra Coral del Milenario, no podemos de dejar de nombrar, la inesperada muerte de José Cruz Cabo, aquella persona que tantas veces, año tras año nos narrará en su Adelanto Bañezano, aquellas crónicas, recordándonos las Saetas que años pasado, cantará su padre, “Manolillo” o, los viajes primeros y actuaciones tenidos por nuestra Coral del Milenario en nuestra Ciudad y fuera de ella. Se nos ha ido Pepe, aquel hombre que, sin estudios, a base de esfuerzo, tesón y trabajo, quiso vivir la vida del periodismo y la narración diaria de su Ciudad a través de las ondas radiofónicas. Vaya para su esposa Nieves y sus hijos, nuestras mayores condolencias.