POR GABRIEL SEGURA HERRERO, CRONISTA OFICIAL DE ELDA (ALICANTE)
Como importante núcleo industrial del Levante, desde la segunda década del siglo XX vemos desfilar por Elda a un buen número de políticos de diversa ideología y filiación política, unos, liberales y conservadores, vinculados al sistema turnista de la monarquía alfonsina siempre lo hacían en vísperas de los procesos electorales; otros, sin embargo, vinculados a los movimientos obreros, caso de republicanos, socialistas y anarquistas, realizaban periódicas giras de concienciación de la clase obrera.
Dinámica que se vio acrecentada con el advenimiento de la República. La ampliación del espectro político y la entrada en juego de nuevas fuerzas, especialmente republicanas, hizo que los líderes y personajes más destacados de unos y otros partidos tuvieran en Elda un lugar de visita donde acudir a “pescar votos” o apoyos a sus proyectos.
Será este el caso de la visita protagonizada un sábado, 1 de abril de 1933, por Ángel Pestaña (1886-1937), uno de los líderes de la CNT, quién en el Teatro Castelar impartió la conferencia “Antes y después de la guerra”, refiriéndose al panorámico político en Europa sobrevenido tras la Gran Guerra, conocida posteriormente como la I Guerra Mundial y alertando contra el auge del fascismo en Italia, Francia y Alemania.
Según nos cuentan las crónicas, Pestaña fue escuchado con respeto durante dos horas, siendo aplaudido por el aforo completo del teatro. Tras su finalización, el sindicalista local Expédito Durán pasó al escenario y con gran vehemencia señaló las contradicciones en las que, a su modo de ver, había incurrido el orador.
Pestaña, con gran serenidad, contestó al espontáneo orador, produciéndose en el gallinero del teatro un conato de protesta de la mano de algunos de los espectadores que, puesta en pie, prorrumpieron en vivas a la FAI y a la anarquía. Finalizando el acto de forma pacífica y sin incidentes.
En este sentido hay que recordar que Ángel Pestaña se convirtió en uno de los líderes principales de la CNT tras el asesinato en 1923 de Salvador Seguí, llegando a ocupar hasta marzo de 1932 el cargo de secretario general de la organización cenetista, cuando fue desplazado, por su talante reformista, en favor de personas de tendencia facista; llegando a ser expulsado en diciembre de la confederación.
Será en esas circunstancias cuando venga a Elda y a otras poblaciones, a sondear a las diferentes agrupaciones cenetistas para conocer los apoyos con los que podía contaba de cara a un proyecto político diferente. Con posteridad, ya en 1934, fundará el Partido Sindicalista, como escisión de la CNT con el que pretendía contribuir al movimiento obrero dotándolo de un partido político que sin inmiscuirse en la labor de los sindicatos colaborase con los mismos pero con plena autonomía.