POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA)

Como cada año hemos asistido a la inauguración de la exposición de Las Edades del Hombre, de esta 24 edición en los treinta años de historia de esta iniciativa. En esta ocasión en la preciosa villa burgalesa de Lerma, la Villa Ducal con su impresionante palacio, esa amplia plaza y la no menos hermosa colegiata de San Pedro. Todo un acontecimiento que esta edición ha madrugado bastante y me alegro por Lerma que tendrá ocasión de disfrutar más de este acontecimiento que será para ella, como antes lo ha sido para otras ciudades y villas, un revulsivo cultural, turístico y económico, un acontecimiento que quedará grabado en los anales de su historia.

Esta edición está titulada “Angeli” y nos muestra de una forma novedosa y sumamente atractiva más de trescientos ángeles dentro de un estudiado discurso expositivo y catequético como viene siendo habitual, pero distinto y nuevo cada vez. Ángeles y ángeles caídos en una lucha permanente como se suele representar con la mayor frecuencia, ángeles buenos y malos, como la propia vida y como las luchas interiores del género humano. Francamente, tanto ángel podría parecer monótono y repetitivo a primera vista… pero ¡qué va! hay recursos más que sobrados para mantener el interés de forma creciente y muy atractivo en su contenido y presentación.

La Villa de Lerma y la comarca del Arlanza, con unas rutas complementarias. Muy cerca están el Monasterio de Silos, magnífico, con su emblemático claustro románico, o Covarrubias con su preciosa colegiata y su arquitectura popular, un turismo cultural del patrimonio y el vino, las rutas preparadas para el evento, “Por los campos de Muñó”, “Entre sabinas y gargantas”, “Tierras del cura Merino” y “El Sendero del Buen Conde”. Tema hay un rato para recorrer y conocer estas tierras burgalesas.

Se inicia la ruta con las imágenes impactantes del audiovisual en la Ermita de la Piedad, el magnifico templo de la Colegiata de San Pedro y el Monasterio de la Ascensión. Pero otro de los aspectos que quería destacar el momento de los saludos, tantos amigos y gentes conocidas, también autoridades, allí pude saludar a nuestro obispo José María, al arzobispo abulense Ricardo Blázquez y a otro arzobispo también abulense, Fidel Herráez, que lo es de Burgos, unos momentos gratos con la jerarquía, en espera de la llegada de la reina Leticia que inauguró la exposición, como siempre lo hace la Casa Real. Antes de comer, un vinito y queso de la tierra con mi amigo José Luis, conversación siempre agradable e impregnada de sabiduría de arte como gran maestro.

Y entre tanto, ya está aquí la Semana Santa con todo lo que esto representa para el mundo cristiano, con las tradiciones y costumbres populares de estos días únicos. En mi ciudad comenzamos con el Vía Matris, el vía crucis de la Madre Dolorosa en un marco incomparable e histórico, la Plaza de la Villa arevalense y sus torres mudéjares, un ambiente de recogimiento propicio para empezar bien estas fechas.

Cuando estaba rematando estas líneas, asistimos atónitos a las imágenes impresionantes del incendio de Notre Dame, Nuestra Señora de París… impactantes imágenes, me parecía increíble lo que estaba viendo en la pantalla de tv, un pavoroso incendio que en pocos momentos se apoderó de todo el edificio… créanme, por unos instantes no tuve más remedio que recordar las escenas también pavorosas de las torres de New York, sin comparaciones, pero que también vi en tiempo directo por la pequeña pantalla… que dolor y consternación, estábamos perdiendo todo un símbolo de la cristiandad, una imagen de nuestras raíces occidentales, ochocientos años de la historia de Europa. Como decía un amigo, nadie estamos libres del desastre y eso nos debería hacer reflexionar sobre nuestro patrimonio y su conservación, ese legado de siglos que tenemos la obligación de conservar aceptablemente para nuestros sucesores. Momentos de reflexión ¡Que impacto las gentes de París rezando en la calle ante el desastre!