POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA
El comienzo de un nuevo año tiene un significado especial para las diferentes culturas del mundo. Es un momento lleno de historia y tradiciones. Quizás pocas personas conozcan las distintas maneras en las que se recibe el Año Nuevo en las distintas culturas. En Torrevieja, según Paco Atienza, Antonio Pérez y José Luis Pérez Maeso, autores de sendos diccionarios locales, era típico en la Nochevieja jugar a “los Añicos”, consistiendo el entretenimiento en sortear a los participantes formando parejas de distinto sexo y determinar posteriormente a qué edad se casarían. A veces el juego se acompañaba de unos versos que el chico le dedicaba a su pareja.
Aunque la celebración del Año Nuevo se remonta a hace unos 4.000 años, fue en el año 153 a.C. cuando el Senado romano decretó que cada nuevo año comenzaría el 1 de enero. Hizo este decreto para corregir el calendario, que se había salido de sincronía con el sol.
Si bien el primer de enero no tiene un significado agrícola o estacional, sí tenía un significado civil. En esa fecha, los recientemente elegidos cónsules romanos asumían sus cargos. Es interesante saber que el mes de enero se llama así por el Dios romano Jano, que tiene dos caras que pueden representar el mirar hacia atrás al año viejo y la otra mirando hacia adelante, hacia el nuevo.
La celebración del Año Nuevo era una práctica pagana y, por esta razón, la Iglesia Cristiana temprana la condenó. Sin embargo, para facilitar la conversión de los paganos al Cristianismo, la Iglesia aceptó la celebración del primero de enero, pero la convirtió en la Fiesta de la Circuncisión de Cristo.
En la historia de Torrevieja es de resaltar el 1 de enero de 1465, día en que se subastó el arrendamiento de las salinas de La Mata, concediéndose su explotación, por tres años a 65 libras cada uno, o lo que es lo mismo: a 1.200 sueldos durante el trienio que duró, al mercader valenciano Luis de Santángel, `el Viejo´.
A partir de entonces, y durante el resto de la centuria, las salinas ya no saldrían de la familia Santángel, renovándose el contrato en sucesivas ocasiones. La importancia de este hecho radica en que fuera su hijo Luis de Santángel, `el Jóven´, también arrendador de las salinas materas, quien financió a Fernando V de Aragón con el suficiente capital, obtenido en su mayor parte con los beneficios que le habían reportado el comercio internacional de la sal, para que Cristóbal Colón realizara el viaje del descubrimiento de América.
La que hoy día es llamada “Sociedad Cultural Casino de Torrevieja”, fue fundada también en día de Año Nuevo, el 1 de enero de 1867, bajo el nombre de “Casino de Torrevieja” tomando, pocos meses más tarde el nombre de “Casino la Numancia”. El local social de la entidad se encontraba situado en el Paseo de Vista Alegre, frente al mar, en el mismo lugar donde ha permanecido hasta nuestros días. Su primer reglamento fue redactado en esa fecha por la Junta directiva, en la que el cargo de vicepresidente lo ocupaba el notario de Torrevieja Simeón Juan Puigcerver, siendo, el 29 de enero, aprobada su normativa por el gobernador de la provincia. Tenía como objeto “estrechar las relaciones sociales, proporcionar a los socios solaz y agradable entretenimiento y generalizar entre todos la mayor ilustración, moralidad, hábitos y formas de una buena educación, y, cuando el estado de sus fondos lo permitían, ejercen actos de beneficencia domiciliaria”.
La ley de desestanco de la sal declaró a partir del día de Año Nuevo de 1870 la libre la fabricación y venta de sal. El efecto en los precios fue inmediato, y en 1872 la sal de Torrevieja ya se vendía a 3 pesetas (equivalentes a 1,2 escudos) el quintal. Al desestancarse la sal, el Estado pretendió vender en subasta la mayoría de las minas de su propiedad, exceptuando las salinas de Torrevieja, Imón y Los Alfaques.
El 1 de enero de 1901, comenzaba su andadura el siglo XX y nacía en Torrevieja, a las once y cincuenta y seis minutos, la niña Manuela Concepción, hija de Ignacio Rodríguez, natural de Cieza, y de Antonia Polo, de Archena. Fue el primer nacimiento del nuevo siglo y en su bautizo actuó de padrino el alcalde Rafael Sala García. El Ayuntamiento costeó con 150 pesetas el traje de cristianar y entregó un donativo de 12,50 pesetas al padre de la niña.
El 1 de enero de 1908, a las dos de la tarde, se procedió en junta general de socios a la elección de la junta directiva del Casino, siendo elegida por mayoría absoluta, como era de esperar, la formada por los seguidores del ilustre político torrevejense Joaquín Chapaprieta Torregrosa, tomando la presidencia Matías Gutiérrez. Chapaprieta, actuando de mediador de su padre Vicente, fue el pagador de la deuda que tenía esta sociedad, y por la que, desde el Juzgado de Orihuela, había llegado una orden de embargo sobre el edificio.
La junta directiva acordó la celebración al día siguiente de un banquete en homenaje a Chapaprieta, para agradecer su labor por el Casino y en general por el pueblo, al mismo tiempo de se le otorgaba el nombramiento de “Socio honorario”.
En el salón principal del Casino se reunieron más de 70 personas, entre las que se encontraban representados todos los estamentos sociales, además de la inmensa mayoría de los socios del Casino. Estaba adornado e iluminado con verdadero arte; y la mesa la encabezaba un cuadro del nombramiento de `Socio Honorario´ realizado por pintor Antonio Martínez, que había sido adornado con una bandera de los colores nacionales.
Para terminar, y en concordia con los fríos invernales que nos acompañan estos días, decir que fue el 1 de enero de 1971 el registro record del observatorio meteorológico de las salinas que registró la temperatura de 3º bajo cero. La capa de hielo del agua depositada en recipientes que estaban en los patios llegó a medir un centímetro de grosor.
Fuente: http://www.laverdad.es/