POR MANUEL LOPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO
El calendario avanza con paso firme hacia una de las noticias tristes, la marcha de la orden trinitaria, tristeza para el Santuario, las localidades de las Villas, Villanueva Iznatoraf, Villacarrillo, Sorihuela, y la quinta villa, como se llama a todos los residentes lejos de su localidad.
El acuerdo del Capítulo de Córdoba del año 2015 va finalizando todos los puntos aprobados. De nada sirvieron, el pasado año los 26 escritos entregados al padre provincial, Pedro Huerta, que firmados por Alcaldes, Laicado Trinitario, Asociaciones Culturales, pregoneros de Semana Santa o de la Virgen, madrina de la coronación, escultores… en los que se razonaba de forma diferente, la permanencia de la orden.
Tampoco dio fruto la reunión mantenida el pasado día cuatro de noviembre de 2016, con el padre Provincial, donde el Laicado Trinitario, Alcaldes de las Villas, el cronista de la localidad y representantes de asociaciones expusieron razones para la continuidad de la orden y soluciones, si había algún tipo de necesidad o gestiones que realizar.
El Padre Provincial, Pedro Huerta, manifestó, tras agradecer el cariño de los vecinos hacia la orden, “para nosotros es una decisión dolorosa, ya que los trinitarios estamos vinculados por muchos motivos a este lugar y santuario. Lo único que hacemos es devolver el culto de la iglesia del santuario al Obispado. Mantendremos el vínculo con la comarca a través de la residencia, para lo que se plantea la posibilidad de que haya presencia temporal de miembros de la orden”.
La entrevista del Provincial Trinitario, con el nuevo Obispo, Don Amadeo Rodríguez Magro, ha dado como resultado que la diócesis se responsabiliza del culto en el santuario. Existe la preocupación, que este lugar de visita permanente y diaria de los fieles de las distintas poblaciones, así como los numerosos devotos llegados desde otros puntos de España, no puedan rezar sus oraciones, si no se llega a acuerdos puntuales para la apertura, cierre, cuidado y mantenimiento del santo lugar.
La fecha fijada, en principio, para la despedida, es la del próximo día 21 de enero de 2017, con una solemne Eucaristía, que presidirá el Obispo Don Amadeo Rodríguez Magro.
Se hará difícil subir a visitar la Virgen de la Fuensanta y no encontrar alguno de los trinitarios que han servido de guardianes de la Patrona, el padre Francisco, José, Timoteo, Reyes, Domingo, Sátur, Enrique, Eduardo, Pascual… Atrás quedan 133 años desde la llegada de esta orden a la localidad, por la llamada del mecenas Don Tomás Millán que acondicionó con distintas obras el santuario.
Atrás queda el recuerdo histórico del paso de la orden carmelita, y posteriormente la orden de los basilios. Quedan los restos de los mártires beatificados, Mariano de San José y Jesús de José María; los momentos inolvidables de la coronación Canónica de la Virgen de la Fuensanta en 1956, curiosamente la madrina de aquel acto, Dolores Sánchez Bueno, falleció en estos días.
Quedan la entrega de los distintos Hermanos Mayores de la Cofradía y Junta directiva, por el cuidado y mantenimiento del santuario, y de los exteriores; queda la entrega de los distintos religiosos que bien en las zonas de la sierra, Iznatoraf, residencia de ancianos, convento de dominicas, que han colaborado en los distintos actos litúrgicos.
Nos quedan los actos del Cincuenta Aniversario de la Coronación en 2006, con la Eucaristía de clausura, oficiada por el Obispo de la Diócesis, Don Ramón del Hoyo López; nos quedan los distintos momentos en que en este lugar se formaron numerosos novicios, que hoy ocupan puestos de responsabilidad.
Aquella escuela de primeras letras que los trinitarios tuvieron para atender el aprendizaje elemental de todos los niños de las cortijadas próximas; nos quedan las numerosas visitas de cientos de visitantes en autobuses, que contemplan la belleza de la imagen de la Virgen de la Fuensanta, obra del imaginero granadino, Domingo Sánchez Mesa, mientras escuchan la leyenda del milagro; nos quedan a cada uno de nosotros nos quedan recuerdos imborrables.
Nos quedan las vocaciones surgidas por jóvenes en la localidad, y recientemente la de fray Pedro Aliaga y fray Manuel García. Nos queda el monumento que recuerda el paso de San Juan de la Cruz, nos quedan, también los recuerdos de casi todas las bodas celebradas allí de la localidad, nos quedará la serenidad de una visita al santuario, y las oraciones a la Virgen de la Fuensanta, Reina del Olivar.
Poco, o nada se puede hacer de esta marcha anunciada de la orden trinitaria. Si se habrá llegado al acuerdo de la atención de culto con el obispado, y además el vicario de la Diócesis, junto al padre Provincial, lleguen a unos acuerdos muy puntuales del cuidado, y mantenimiento del lugar, así como la atención de apertura, y cierre de la iglesia y santuario.
Esto contribuirá a ser un bálsamo para la herida abierta por la desaparición de ese santo lugar de la orden trinitaria que dejará una huella permanente. Dejamos la puerta abierta a la esperanza, que un día, no lejano, pueda la orden retornar, cuando fructifiquen nuevas vocaciones.