POR MANUEL PELÁEZ DEL ROSAL, CRONISTA OFICIAL DE PRIEGO (CÓRDOBA)
Don Antonio Caballero y Góngora (Priego 1723-Córdoba, 1796) llegó a ser obispo, arzobispo, virrey, gobernador, capitán general del Nuevo Reino de Granada y Presidente de la Real Audiencia de Santafé, y al final de su vida también obispo de Córdoba.
En el año 1923 el Ayuntamiento de Priego, conmemorando el II Centenario de su nacimiento, a cuyo homenaje se sumó la Real Academia de Córdoba, y en el marco de un Programa de Fiestas Cívico-Religiosas, rotuló la calle Acequia con el nombre de “Obispo Caballero”, y al Paseo con el de “Colombia”, descubriendo un busto suyo en la Carrera de Álvarez, obra de Lorenzo Coullaut Valera, que posteriormente sería trasladado al referido Paseo. Asimismo en Córdoba existe dedicada una calle en las proximidades del actual Rectorado de la Universidad con la rúbrica “Virrey Caballero y Góngora”.
Don Manuel Trujillo o don Manuel Torres (Priego 1763-Filadelfia 1822) fue un ministro y embajador que consiguió el reconocimiento como nación independiente de la República de Colombia por los Estados Unidos en el año 1821, amigo personal de numerosos personajes históricos (Simón Bolívar y Servando de Mier, entre otros), sin olvidar a John Quincy Adams, que llegaría a ser el sexto presidente de los Estados Unidos y su valedor ante el quinto presidente James Monroe, cuya doctrina “América, para los americanos” le inspiró.
A este personaje se le considera natural de Córdoba, o nacido en el Sur de Córdoba, en Baena, en Tenerife o en lugar no determinado. También se titubea en cuanto a la fecha de su nacimiento: 1762, 1764 o 1767, siendo realmente oriundo de la villa de Priego, en donde nació en 1763, y por lo expresado un prieguense ilustre, pero asimismo famoso por ser familiar del arzobispo-obispo Caballero y Góngora (erróneamente se ha afirmado que fue su sobrino), y quien dispuso en el año 1780 que embarcara con destino a Indias cuando tenía 16 años de edad desde el puerto de Cádiz.
Ya en Nueva Granada (actual Colombia) se educó en la “corte” del arzobispo-virrey, aprendió lenguas y sirvió destinos en la Real Hacienda del virreinato. Por causas adversas, se vio mezclado en un desfalco, y teniendo noticias de que se proyectaba su asesinato se exilió hacia 1796 en los Estados Unidos y comenzó a publicar en el más prestigioso órgano de información de la ciudad de Filadelfia, Aurora and General Advertiser, artículos calificados panfletarios, que firmaba con una escueta expresión en lengua inglesa (“a Spaniard in Philadelphia”, “un español en Filadelfia”) de forma anónima “pro la causa republicana e hispanoamericana”.
La intención del redactor, que no era periodista ni corresponsal, no era otra sino la de llamar la atención en la entonces capital de la nación americana, sobre los movimientos independentistas de las colonias: Nueva España (Méjico), Nueva Granada (Colombia y Venezuela), Perú, e incluso en el cono sur el Río de la Plata (Argentina), todos ellos ricos virreinatos bajo la dominación borbónica.
¿Quién era el atrevido “reportero” que ocultaba su nombre? Tardaría aún algún tiempo en revelarlo, y cuando lo hizo, lo fue con un falso apellido, pues bautizado como Manuel Truxillo se hacía pasar por Manuel Torres, indicando tan sólo que era español y que vivía en Filadelfia. De aquí el enunciado con el que rotulaba sus ardientes colaboraciones en prensa.
Pese a ser ignorado en su pueblo, a este ilustre prieguense se le ha homenajeado y homenajea todos los años en Estados Unidos. En efecto, el 26 de julio de 1926, le fue descubierta una lápida que aún se conserva en la iglesia Old Saint Mary de Filadelfia en donde reposan sus restos, por el ministro Enrique Olaya Herrera, posteriormente presidente de Colombia, por considerarlo colombiano, si bien omitiendo el lugar de nacimiento. Y el 16 de junio de este presente año, sin ir más lejos, Hernán Guaracao, haciéndose eco de la Herencia Hispánica en Estados Unidos y de la entrega de los Premios “Ambassador Manuel Torres Trujillo”, en la Union League de Filadelfia, ha escrito en uno de los diarios de mayor difusión para hispanoparlantes, Al Día New: “Permítanos presentarle, querido lector, al latino de Filadelfia “más famosamente desconocido”.
No cabe duda que estas dos figuras, Caballero y Truxillo, cobran colosales dimensiones con nuevos perfiles significativos e impactantes. La ocasión será propicia para celebrar y poner en valor, como ahora se dice, en los venideros 2022 y 2023, la historia de los dos próceres prieguenses. La celebración podrá consistir en organizar uno o dos congresos, jornadas o reuniones de investigadores, pues los estudios en torno a los dos personajes se encuentran anquilosados, salvo honrosas excepciones (como la del profesor Ruiz Carrasco de la Universidad de Córdoba), y todavía en no pocos aspectos borrosos, y aprovechar la coyuntura para compilar su producción literaria con la edición crítica de sus obras para renovar su memoria. Es justicia histórica.
Fuente: Revista Marejadas, nº 51, Era digital- 2º semestre, 2021, págs. 26-2