POR GOVERT WESTERVELD, CRONISTA OFICIAL DE BLANCA (MURCIA)
En 1562, Abarán era mucho más cristiano que Blanca, y Blanca era un pueblo –más que ningún otro en la región murciana– con profundas raíces islámicas. Es por ello que el Santo Oficio hizo todo lo posible para extirpar estas malas costumbres contra la fe católica. Mediante el castigo de la confiscación de bienes, dejó en la ruina total a casi todos los musulmanes blanqueños, acusados por ser de la secta de Mahoma. No cabe duda que el trabajo de los distintos curas que habían pasado por Blanca no tuvo suficiente efecto sobre el comportamiento católico de sus vecinos moriscos. Con el castigo tan inhumano, por parte de la inquisición, de sacrificar las destacadas inteligencias del pueblo –en este caso el alcalde del pueblo y un familiar de un destacado escribano, que a su vez denunciaba a los musulmanes con la inquisición– se pretendía acelerar el proceso de aculturación de los musulmanes a las costumbres cristianas. La pretensión de las autoridades e instituciones cristianas era muy clara: de forma agobiante y meticulosa, querían vigilar de cerca el comportamiento religioso de los musulmanes blanqueños.
Hay suficientes indicios para afirmar que Pedro Cachopo, el escribano del Valle de Ricote, fue el responsable de delatar a los reos ante Inquisición antes del 1563. Cachopo era un hombre que constantemente abusaba de su prójimo y que tuvo un gran poder en el Valle. Sin embargo, Luis Lozano, junto con sus odiosos hijos y su yerno, era el verdadero terror en el Valle, sobre todo en Blanca. El inquisidor Jorge Manrique tuvo una casa en Blanca, y los blanqueños fueron obligados a construir un pozo en Blanca para él (sin pagar ni un real, por supuesto). Es de suponer que el inquisidor de Murcia frecuentó Blanca, y que hubo múltiples conversaciones entre él y Pedro Cachopo sobre las manifestaciones islámicas de sus vecinos. No había forma en que los infortunados musulmanes (sobre todo los musulmanes blanqueños, en este caso) pudieran escaparse de la terrible persecución de estos dos sujetos sin escrúpulos.
Por tanto, para el pueblo de Blanca era necesario dedicarse de lleno al estudio y a la práctica de la religión católica; los musulmanes blanqueños lograron ello mediante la ayuda de su propia gente. Fue así que Blanca tuvo en su parroquia, desde 1566 a 1574, al clérigo abaranero y musulmán Juan Yelo.
En 1572, Juan Candel, el rico mercader, pagó 60 ducados al maestro organero Diego de Nava por hacer un órgano para la iglesia en Blanca; otra prueba de que los blanqueños tomaban en serio la religión.
Cuando el clérigo Juan Yelo decidió marcharse, entró Alonso Abellán de Vega (a principios del 1574), vecino de Abarán y natural de Blanca. Alonso Abellán de Vega había estado desde el 1565 con el sacristán Cosme Juan de Durán de Abarán, y pudo continuar en Blanca, hasta finales de 1575, la labor iniciada por Juan Yelo. A continuación, el sacristán Cosme Juan de Durán, vecino de Abarán y natural de Valencia, hizo su entrada en el 1576, y duró hasta finales de octubre de 1578. De esta forma, los musulmanes blanqueños tuvieron más o menos 12 años de práctica intensiva de la religión católica, con la ventaja de aprender todo con su propia gente: sus hermanos de Abarán.
Esto prueba que en Abarán la religión católica estaba mucho más adelantada que en Blanca. Los abaraneros, por tanto, ayudaban a sus hermanos blanqueños a aprender la nueva religión. Debió ser justo en este período cuando se comenzaron a formar las cofradías en Blanca, puesto que después de 1578 clérigos y sacristanes forasteros entraban en la ciudad. Siempre es mucho más fácil aceptar cambios radicales si estos son impartidos por propios y no por ajenos. Comenzar con cofradías en estos años era un cambio radical para un pueblo islámico de 1562. Así fue como la población de Blanca aprendió la religión católica y hoy en día la podemos considerar como un pueblo muy religioso.
El año 2003 era un año importante en la historia de Blanca. Ángel y yo pedimos ayuda a los expertos extranjeros para valorar la edad del castillo. En este caso al Dr. André Bazzana de Francia y el profesor Johnny de Meulemeester (1946-2009) de Bélgica. Voy a mostrar las muchas fotos inéditas de este evento. Gracias al trabajo de estos dos expertos sabemos hoy en día mucho más sobre el castillo de Blanca. Desgraciadamente perdimos un gran amigo en 2009, un hombre que dedicó gran parte de su vida al estudio del granero de Abarán/Blanca.