POR JOSÉ ORTIZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE MONTORO (CÓRDOBA)
Cada Jueves Santo esta calle se pone a rebosar para ver salir de la iglesia de Santiago a la ancestral Cofradía de la Vera Cruz. Algunas personas no conocerán el origen del nombre de esta vía pública y es por ello, que hoy, explicamos de donde viene el mismo.
En siglos anteriores era común disponer bajo escritura notarial, antes de una boda, la disposición de arras y dotes.
La dote era salvaguarda del patrimonio llevado por la mujer al matrimonio, los cuales el esposo quedaba obligado a restituirlos a la esposa, en caso de disolución del vínculo familiar, bien por deceso o por otra situación que el derecho contemplase (separación y/o divorcio). En el caso de que la dote hubiese sido aportada por una obra pía o alguna cofradía, ésta podía exigir se le devolviese la cantidad aportada si, por ejemplo, la dotada fallecía sin hijos.
Consumado el matrimonio, se realizaba la carta de pago de dote. En ella, cada cosa y partida se especificaba por sí, así como el precio en que se tasaba (ropa, utensilios, mobiliario, esclavos).
Las arras, por su parte, eran la donación que otorgaba el esposo a la esposa en remuneración de la dote, la virginidad o la nobleza de ella.
Sabemos que en esta calle vivió el Capitán del ejército García del Prado, del cual se encontró su lápida sepulcral (casi ilegible) en la iglesia de Santiago durante las obras, y la cual esta dispuesta y colocada en el Museo Arqueológico de Montoro.
Este militar mandó enterrarse ante el altar de los Santos Varones en Santiago, y dispuso que se ayudará con parte de su caudal a las dotes de huérfanas, mujeres pobres y sin sustento.
De ahí que las calles Dotes y Capitán lleven el nombre por este personaje del siglo XVIII.