POR JOSÉ ORTIZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE MONTORO (CÓRDOBA)
Aquí dejamos una vista de la calle Los Laras, donde aún existe este rincón por donde parece que el tiempo se congela sin importar la estación de año donde nos encontremos.
Esta calle debe su nombre al apellido Lara, uno de los más nobles y afamados que existieron en el Montoro medieval desde su toma por Fernando III en 1241. En esta zona es donde en un principio se asentó la población más noble y fue el lugar donde estaban las más grandes casas señoriales del siglo XIII-XIV.
Es una de las calles más ancestrales y podía tener relación con la antigua leyenda del toro furioso que existía en los alrededores de la calle Marín.
Sabemos que siempre fue de piedra y pizarra, pero que sus vecinos se quejaron sobre 1840 porque no tenían cloacas ni desagües que garantizaran su salubridad, de ahí que el ayuntamiento optará por hacer unas obras de consideración en esta vía pública. Estas obras llegaron hasta la encrucijada del Ecce Homo, donde calle Los Laras, Cantones y Ventura se juntaban concluyéndose sus obras en 1843.