POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Los fogones sirven potajes de vigilias. El martirio y la muerte visitarán las calles para que muchos pronuncien que no son más que obras de arte. Desde la otra orilla, Él asumirá y aguantará, entenderá, callará y amará. Lo viene haciendo desde siglos. Repicarán de nuevo las campanas tocando a fiestas por la vida. Aparecerán los demonios por los rincones y la fiesta de la primavera lucirá su hermosura. La alacena custodia los dulces de este tiempo: torrijas, pestiños y cubiletes reales. Sabores a gloria bendita que nos endulzan el tiempo y la vida, navegando sobre un mar de aceite, azúcar y miel. Ayer como hoy vuelvo hacer esta llamada: “Venid olores y sabores a bacalao rebozado, a pestiños y torrijas bañadas de miel, vino y canela, porque aquí, todos los años, soñamos con la resurrección y la esperanza”.