POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Jesús era hijo de José, éste de Elí, éste de Matat el de Leví, el de Melkí, el de Yannái, de José, de Matatías, de Amós, de Naúm, de Eslí, de Naggái, de Maat, de Matatías, de Seméin, de Yosekh, de Yodá, de Yoanán, de Resá, de Zorobabel, de Salatiel, de Nerí, de Melkí, de Addí, de Kosam, de Elmadam, de Er, de Jesús, de Eliézer, de Yorim, de Matat, de Leví, de Simeón, de Judá, de José, de Yonam, de Eliakim, de Meleá, de Menná, de Matatá, de Natam, de David, de Jesé, de Yobed, de Booz, de Sala, de Naassón, de Aminadab, de Admín, de Arní, de Esrom, de Farés, de Judá, de Jacob, de Isaac, de Abraham, de Taré, de Nacor, de Serukh, de Ragáu, de Falek, de Éber, de Sala, de Kainam, de Arfaxad, de Sem, de Noé, de Lamek, de Matusalén, de Henok, de Yáret, de Maleleel, de Kainam, de Enós, de Set, éste de Adán, hijo de Dios y del barro. Dios no tuvo padre, ni Jesús hijos.
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