POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
No, por favor. Ni se asusten ni me censuren. Los curas son los presbíteros o sacerdotes que tienen a su cargo el cuidado pastoral de una o varias parroquias; los Ordinarios son los Obispos que regentan una Diócesis y se les llama así porque tienen la potestad de conferir «órdenes sagradas».
¿Por qué se dice que el ARROZ CON LECHE es propio de estos ministros de la Iglesia?
Pues muy sencillo: Antaño, cuando se celebraban fiestas y funerales, era frecuente que los sacerdotes asistentes (y si había Canónigos y Obispos, con más razón), se reunieran en comida fraterna.
El postre, lógicamente «casero y dulce», solía ser brazo de gitano o ARROZ CON LECHE.
Y si era bueno para los ministros de la Iglesia también lo había de ser para los feligreses.
En resumen: Arroz con leche como postre festivo.
¿Y qué historia asturiana tiene tal dulcería?
No, por favor, no vuelvan a asustarse si les digo que «ninguna».
Los árabes -otra vez los árabes- trajeron a nuestra España el arroz y la caña de azúcar.
Y con leche, arroz y azúcar nació, posiblemente en tiempos de los siglos XIV o XV, el arroz con leche al que se llamó Manjar Blanco y también Manjar Imperial.
En el siglo XVII ya se denominó con su nombre actual.
Y si es una dulcería poco menos que universal, ¿por qué presumimos de un ARROZ CON LECHE ASTURIANO?
Pues miren ustedes, otra vez la cultura árabe tiene la respuesta.
Ellos, los árabes, nos enseñaron el arte de caramelizar el azúcar («kurat-al-mil» es el nombre árabe del caramelo) y los asturianos -¡gloria y honor al ocurrente del invento!- lo que hicimos fue, sencillamente, sustituir el tradicional espolvoreo superficial de canela molida por una «costra» de azúcar caramelizada («azúcar requemada»).
¿Y cómo caramelizar -«requemar»- el azúcar? La respuesta también fue sencilla: ¡Con el gancho de la cocina calentado al fuego del rojo cereza!
Es decir, a temperaturas de incandescencia.
Con él y con la gracia de la cocinera se hacían «dibujinos» muy simpáticos.
Ahora, apenas sin cocinas bilbaínas (las de carbón), y sin ganchos, el requemado suele efectuarse con planchas circulares calentadas a fuego de gas o con resistencias eléctricas.
También -¡Perdona a tu pueblo, Señor. Perdona a tu pueblo, perdónalo, Señor!- lo hemos visto hacer con un mechero, tipo «mini soplete», de gas butano.
Y lo hemos visto en programas de TV que -¡horror, terror y furor!- intentan promocionar la tradición culinaria asturiana.
Dios, grande en su misericordia, sabrá perdonar a tales herejes.
ARROZ CON LECHE, postre obligado en EL DESARME ovetense.
Hoy por la tarde, en el Club de Prensa de La Nueva España, ADOLFO CASAPRIMA COLLERA nos comentará esta tradición.