POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Venía yo diciendo que entré en el estudio de Pablo de Lillo, en General Zubillaga, 12, para disfrutar la muestra de arte “Todo lo que es cuerpo”, donde esculturas abstractas de David Martínez dialogan con las fotografías de Marcos Morilla, hiperreales como óleos expresionistas; obra conceptual, austera, humilde, vanguardista, superrealista, de enorme peso virtual específico, en el que uno se pregunta qué suerte de ojo y objetivo corrige las líneas de fuga, qué atalaya infinita vuelve ortogonal lo cónico, qué sensibilidad altísima, qué enfoque micrométrico y sutil, qué minuciosidad y paciencia conjuga el tiempo para que el polvo cobre volumen y un aire enigmático ponga en danza lo ordinario. Visitad (los lunes no) esta sala a ras de calle, esta exposición inquietante, seductora, que refleja el vacío con cruda pulcritud, donde respira la soledad y todo lo que es cuerpo parece alma.
Fuente: https://www.lne.es/