POR JOSÉ LUIS ARAGÓN PANÉS, CRONISTA OFICIAL DE CHICLANA DE LA FRONTERA (CÁDIZ).
Dicen las crónicas del franquismo que el turismo salvó al régimen, y la historiografía –que va más allá– añade que no solo lo salvó, sino que cambió la sociedad española, pese al régimen. A principios de la década de los años cincuenta, en pleno periodo autárquico en la España de la posguerra, reapareció el fenómeno del turismo internacional con la llegada de extranjeros de Europa –liberada del nazismo-fascismo y alejada del comunismo, después de la Segunda Guerra Mundial– y de Estados Unidos que buscaban un lugar de sol y playa, al margen de otros atractivos en las grandes urbes españoles de Madrid y Barcelona. Este retorno turístico llevó al Gobierno a la conclusión, de que el turismo era una fuente importante de divisas de las que carecía España, y una forma de apertura al mundo, tras el veto de la ONU –hasta 1955– por haber sido España aliada de los regímenes de Hitler y Mussolini.
Los antiguos organismos estatales relacionados con el turismo –en 1905 se creó el primero y en 1928 el Patronato Nacional de Turismo– durante la monarquía, en la república y, tras la guerra, la creada Dirección General de Turismo del Ministerio de la Gobernación franquista, habían quedados obsoletos. Así, en 1951, dado el auge que estaba tomando el asunto, se creó el Ministerio de Información y Turismo. Una década más tarde, el fenómeno en nuestro país había alcanzado unas cifras de visitantes que sobrepasaba lo esperado. Se iniciaba de esta manera el “boom turístico” en España.
En Chiclana, como hemos escrito con anterioridad, ya se vislumbraba el comienzo del nuevo turismo en los primeros años de la década de los sesenta (1963-1944) para concretarse, durante los siguientes años, y tras los primeros planes parciales de urbanizaciones, en destino turístico familiar con la proliferación de segundas residencias. La ciudad fue tomando un importante giro con la llegada de foráneos para residir en casa propia y temporal, sobre todo provincial y subregional. Del mismo modo que en siglos pasados, cuando la elite socioeconómica gaditana acudía a Chiclana a pasar largas temporadas en la villa –“el quitapesares de la gente acomodada de Cádiz”, como la denominó Fray Jerónimo de la Concepción– o en el siglo XIX el termalismo de Fuente Amarga, resurgía el fenómeno en la ciudad. Pero esta vez, con la aparición de la clase media, se multiplicó su presencia y estada en la ciudad.
En este contexto va surgir, en febrero de 1967, una entidad supramunicipal liderada por la económicamente pujante, Jerez de la Frontera. El entonces alcalde de la ciudad, Miguel Primo de Rivera y Urquijo –uno de los procuradores a Cortes aliado de Adolfo Suarez en la Transición– en una reunión celebrada en su ciudad, proponía a varios alcaldes de la comarca la creación de una Mancomunidad Intermunicipal de nueve municipios, entre los que se incluía Chiclana. En aquella primera reunión no se hallaba nuestro alcalde Tomás Collantes Ceballos, por lo que se le envía, días más tarde, una comunicación informándole sobre su contenido. No se verá en el Pleno municipal hasta el 31 de marzo, cuando se informe a los concejales sobre su contenido, que no era otro que “promover la ordenación turística, por medio de la planificación y desarrollo de una Zona de interés turístico nacional de acuerdo con lo previsto en la Ley de 28 de diciembre de 1963, y en base a la competencia propia municipal, establecida en el Ley de Régimen Local”. Puesta a debate “la propuesta del Sr. alcalde, previa deliberación, y por unanimidad” de la Corporación, dijeron: “constituida la Mancomunidad voluntaria de Municipios, a que se ha hecho referencia, facultando al Sr. alcalde, D. Tomás Collantes Ceballos, para que en nombre y en representación de este Ayuntamiento para que participe en la Comisión que ha de redactar los Estatutos de la misma y las Ordenanzas de su régimen”.
El 30 de junio, en sesión ordinaria bajo la presidencia del alcalde accidental de la ciudad Agustín Herrero Muñoz, se llevaba a Pleno el proyecto de Estatutos de la Mancomunidad “de fecha Junio del actual, llevado a cabo por la Comisión Redactora, y cuyo objeto, es en general, toda iniciativa o fomento de la promoción turística de esta zona; la Corporación Municipal, previa deliberación y por unanimidad, Acuerda: aprobar el referido Proyecto (…) en su totalidad”.
¿Qué participación tuvo Chiclana en ella? Hasta aquí nada sabemos sobre ella. Tendremos que seguir investigando para conocer qué proyectos y realizaciones llegaron a nuestra ciudad de la mano de esta mancomunidad. Muchos años después, el 26 de noviembre de 1991, quedó constituida la Mancomunidad de Municipios Bahía de Cádiz integrada en sus inicios por Cádiz, Chiclana, El Puerto de Santa María, Puerto Real y San Fernando. En 1997, se incorporarían Jerez y Rota. Su primer presidente fue el chiclanero José J. de Mier Guerra. Publicado hoy en El Periódico de Chiclana, pp, 20-21.
Bibliografía:
ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE CHICLANA. Legajo nº 70. AA. CC. Febrero 1967.
ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE CHICLANA. Legajo nº 70. AA. CC. 30 de junio de 1967.