POR JOSÉ LUIS ARAGÓN PANÉS, CRONISTA OFICIAL DE CHICLANA DE LA FRONTERA (CÁDIZ).
A comienzos de marzo de 1900, el Ateneo Científico, Literario y Artístico de Chiclana, que se había refundido con el Círculo de Artesanos de la mano de José Guillermo Autrán (1868-1906), nuestro primer cronista de la ciudad, programó diversas actividades culturales en aquel su primer año de vida. Entre las más importantes, la organización de unos Juegos Florales, muy en boga entonces. Algo inaudito en la ciudad, pero arraigada costumbre religiosa pagana desde Roma, pues los primeros que se conocen en la historia datan del 173 a.C.
Con el transcurrir de los siglos fueron evolucionando en torneos y justas. Madrid en la década de los años cuarenta del siglo XIX y Barcelona en 1859, fueron en España, las primeras ciudades en celebrar –en época contemporánea– Juegos Florales. Uno de los fundadores catalanes fue Víctor Balaguer, amigo de nuestro poeta Antonio García Gutiérrez: mucho tuvo que ver los Juegos Florales con el Romanticismo. De este periodo son los lemas florísticos-literarios tomados de los antiguos de las justas: “Patria”, “Fides” y “Amor”.
Bien iniciaba su camino el Ateneo chiclanero, pues se celebró por todo lo alto. La convocatoria se envió a periódicos provinciales y nacionales en el mes de mayo, con las bases del concurso. La “Revista teatral, literaria y científica” de Cádiz fue una de ellas: “Hacemos pública la presente convocatoria, por la que invitamos á todos á que acudan á esta fiesta del gay saber –o gaya ciencia (ciencia alegre)–, para regocijo de la cultura y en holocausto al Progreso”. Y la firmaba el presidente José Guillermo Autrán y el secretario, Sebastián Gómez.
Autrán no escatimó ninguno de sus conocimientos y posibilidades para que los juegos fuesen un éxito. Como presidente del Ateneo escribió a la casa Real, y desde la intendencia de Palacio, por orden de la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena (1858-1929), enviaron un estuche con reloj, termómetro y brújula para uno de los doce premios que se entregarían a los autores de los trabajos presentados al certamen.
El primer premio era en metálico: 250 pesetas. Los restantes, en objetos de arte, entre los que se incluía el de la Reina. También contribuyeron importantes personas o instituciones que donaron diversos objetos artísticos: el Ayuntamiento de Chiclana, el duque de Nájera, Juan de Zabala y Guzmán; los diputados a Cortes por la provincia de Cádiz, Rafael de la Viesca (y presidente del Ateneo de Cádiz), Ramón Auñón y José Marenco; el gobernador civil, Manuel Cano y Cueto; el diputado provincial, José Jiménez Mena, y el presidente del Ateneo chiclanero. Y, además, un premio extraordinario consistente en una medalla de oro “al individuo que el jurado califique más digno de tal galardón por su laboriosidad y honradez entre los obreros de Chiclana”, decía el periódico “La Correspondencia de España”.
Los juegos se celebraron el 29 de junio en el salón-teatro García Gutiérrez. La comitiva oficial, con la reina de la fiesta María Gil, partió de Cádiz a las tres de la tarde en un lujoso carruaje. Le acompañaba su padre, el marqués del Castillo de San Felipe, Francisco de Paula Gil de Partearroyo y Arena, seguido de las damas en numerosos carruajes –un total de 80– de familias de la capital a las que se unieron las de San Fernando y Puerto Real. La fiesta comenzó a las nueve de la noche presidida por el gobernador civil de la provincia. El mantenedor de los juegos –el que en las justas y torneos entraba el primero–, Rafael de la Viesca, pronunció el discurso inaugural que, como dijo la prensa nacional fue: “Uno de sus más hermosos y elocuentes discursos, que terminó con un elogio a Chiclana y á uno de sus hijos ilustres, entre los que se cuenta García Gutiérrez”.
El premio de honor –la flor natural– fue otorgado José Ortega Morejón (1860-1948). Escritor y poeta, además de jurista y magistrado; años más tarde alcanzó la presidencia del Tribunal Superior de Justicia. Y el premio al estudio biográfico sobre el magistral Cabrera recayó en el escritor, Luis Pérez Fernández. El semanario “El cocinero” finalizaba su crónica señalando: “El resultado del concurso literario de los Juegos Florales de Chiclana, para los escritores de esta localidad (…) puede decirse que todos los que han concurrido se han puesto á una altura envidiable y han alcanzado premios y accésits”. Dionisio Montero, futuro concejal, consiguió uno de ellos.
En julio de aquel año, el Ateneo de Cádiz celebraba los suyos. Y allende el océano, en la villa de Lagos de Moreno –Estado de Jalisco (México)–, en 1903, celebrarán sus primeros Juegos Florales de la mano de tres escritores: Antonio Moreno, Alejandro Martín y el doctor Mariano Azuela. Este último, autor de la célebre e imprescindible novela sobre la Revolución Mexicana, “Los de abajo”, casado con una nieta del chiclanero Pedro Rivera Jiménez. Publicado hoy en El Periódico de Chiclana, pp. 20-21.
Bibliografía:
BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA. Hemeroteca Digital. La Época. Año LII, nº 17.922. Madrid, martes 1 de mayo de 1900.
BIBLIOTECA VIRTUAL DE PRENSA HISTÓRICA: La Correspondencia de España: diario universal de noticas. Año LI. Número 14428. -1 de mayo y 28 de mayo de 1900.
El Cocinero: semanario festivo ilustrado. Año VIII. Número 313– 28 de mayo de 1900.
El Correo: Año XXI. Número 7356 – 1 de julio de 1900.
El Guadalete: periódico político y literario: Año XLVI Número 13779 – 6 de julio de 1900.
Diario de la Marina: periódico oficial del apostadero de La Habana. Año LXl. Número 171. Edición de la tarde – 20 de julio de 1900.
-HEMEROTECA DE MADRID: Revista Teatral, Literaria, Científica de Bellas Artes y Espectáculos. Año, IX. Nº 307. Cádiz, 30 de mayo de 1900.
-WIKIPEDIA: Juegos Florales en Lagos de Moreno, Jalisco, México.