POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA /ASTURIAS)
Hoy «entra» la primavera; la que la sangre altera y reverbera el trian-laranlan-la-la…
Más aún: hoy, 20 de marzo de 2015, se anuncia un eclipse total de sol (que no veremos porque nuestro cielo, primaveral-asturiano, está totalmente nublado) y que algunos tampoco veremos el próximo, previsto para el año 2026.
Asturias y los asturianos somos gentes de huerta.- Muchas de nuestras costumbres y tradiciones giran en torno al campo, a la mar y a la huerta; o, mejor, aún, al «huertu» o «huertín»; esa pequeña parcela donde se cultiva con esmerado cariño lo «mejor para la casa»: les primeres patatines tempranes, los primeros arveyinos, les primeres fabones, les primeres alcachofines…
El «huertu» es como la antesala de la cocina donde, por el aquel del matriarcado, la mujer (suegra, esposa, o madre) es la reina y señora a la que hay que respetar y venerar porque, además de «ama», conoce los secretos del bien guisar.
Ya lo dice el refranero: «Huertu, muyer y molino, quieren uso de continuo».
¿Por qué esto «del huertu» es así?
La respuesta nos la da el clérigo don Bruno Fernández Cepeda en su «Riqueza de Asturias», poema de comienzos del XIX:
«Acá tenemos arbeyos
y chichos en cualquier faza;
hay fréxoles, arxelinos,
nabos, castañes de Francia,
berces, coliflor, repollos,
cenahories, bona dama,
alcachofes, cherevíes,
berenxenes, verdoliaga,
perexil, ayos, cebolles,
fabes de mayu, patata…»
Y ya que de primavera y de productos de huerta se trata, hoy prepararemos ARVEYINOS CON JAMÓN, plato que, según cuentan, ofrecían al Generalísimo (¿recuerdan a este personaje?) cuando por estas fechas venía a Asturias a la pesca del salmón.
Los arveyinos, extraídos de sus vainas, cuecen en agua con sal (al gusto), una o dos cucharadas de azúcar y un poco de aceite. Pueden complementarse con las propias vainas muy tiernas a las que se eliminó su «pielecilla» interior.
Ya cocidos, se escurren y se les añade un sofrito hecho con aceite, cebolla picada en fino y «pequeños taquitos» de jamón.
Da todo unos hervores a fuego suave y se sirve en fuente adornando con trozos de huevo cocido.
NOTA:
Como el jamón aporta ya sabor salado, cuídese este detalle a la hora de salar los arveyinos en su cocción.