POR LUIS MIGUEL MONTES ARBOLEYA, CRONISTA OFICIAL DE BIMENES (ASTURIAS)
Este mes se cumple el noventa aniversario del asalto al cuartel de Bimenes por parte de las fuerzas revolucionarias. Fue el 5 de octubre de 1934. Vienen a cuento algunos datos que forman parte de la historia local. Ya a finales de septiembre, el gobernador civil había destituido al alcalde socialista, Rafael Corte Castro. Lo sustituye Severo Vigón Díaz en calidad de delegado especial, durante un mes, para mantener el orden público.
Los guardias civiles fueron los defensores de la legalidad republicana en los pueblos. Durante el asalto, el puesto lo defendieron los cinco guardias de Bimenes reforzados por tres compañeros de Nava y otros cuatro de Infiesto. Fue una lucha desigual contra un ciento de revolucionarios. Defendieron el cuartel, pero la mitad de ellos estaban heridos y tras horas de combate decidieron, por la tarde, huir a pie para replegarse en Nava. El cuartel quedó hecho añicos, y la bandera de la República desapareció ondeando en su lugar una bandera roja. Además del cuartel, sufrieron daños las iglesias de Santu Medero y San Julián y la capilla de San Cipriano. La de San Nicolás de La Vara fue dinamitada, mientras que la rectoral de San Julián, la botica y algunos comercios fueron saqueados.
Destacamos por su relación profesional y sentimental con el concejo yerbato a Francisco Durán, uno de los guardias defensores de la casa-cuartel. Francisco era un extremeño natural de Azuaga (Badajoz), que había sido destinado al cuartel de Martimporra de Bimenes. Aquí conoció a su mujer, Luisa Blanco Sánchez. Luisa era hija de David el Boticario y de Concha. Francisco y Luisa se casaron un mes antes de la Revolución en la capilla del palacio de Martimporra. Tuvieron una hija, Marisa, nuestra apreciada vecina Marisa la Mejicana. Francisco fue herido y trasladado al hospital de Caridad de Gijón donde se recuperaría.
El vecino de San Julián Manuel Hevia Camblor, conocido por Manolín el Pancetu, fue la única víctima que hubo en el concejo. Una víctima inocente a quien confundieron con un revolucionario. Cuando los guardias civiles llegados de Nava fueron a reforzar a los compañeros de Bimenes, al pasar por delante de la iglesia de San Julián —donde los revolucionarios merodeaban por el cabildo y alrededores— Manolín, que salía de la barbería, dijo a modo de broma: «¡Ahí van, ahí van!». Durante el tiroteo un disparo rebotó en la casa de Ferina y alcanzó a Manolín dejándolo muerto al instante. Tenía 28 años y dejaba viuda y dos hijas.
A finales de octubre, una vez restablecida la calma, recalaba en nuestro concejo un periodista digno de mención: Manuel Chaves Nogales, subdirector del diario «Ahora» de Madrid, que siguió a una columna de Infantería concentrada en el palacio con la intención de peinar los montes de Peña Mayor a la búsqueda de «fugaos». Hay fotos de él delante de la iglesia de San Julián y con la tropa en el palacio. También dejó escritos varios artículos que no tienen desperdicio. Luego sería nombrado nuevo alcalde de Bimenes Julio Montes Suárez, vecino de Suares.
FUENTE: L.M.M.A.