POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA.
No se escapó ni el pobre cocinero del señor obispo. Ni tampoco el escribano Crespo, a quien dieron matarile en la mismísima Catedral. De hecho, fue necesario ‘rebendecirla’.
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Fuente: https://www.laverdad.es/murcia/ciudad-murcia/asesinato-catedral-20210117005120-ntvo.htm
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