POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
El lenguaje político pone de moda eufemismos para no escandalizar al pueblo con los auténticos significados; por ejemplo, se dice transversal cuando un partido político es de izquierdas, de derechas y de lo que haga falta, con tal de que le voten. Ahora se habla de asimetrías, por no decir que un estado federal asimétrico comprendería la aceptación de nacionalidades privilegiadas, aún más de lo que son algunas (Cataluña, Navarra, Vascongadas…), junto con parientes pobres y mediopensionistas, sin ideas comunes para una España solidaria ni rumbo único. Lo asimétrico viene a ser lo disparejo, que una cosa no es par respecto al eje generador; es decir, en el caso de las bellas regiones españolas habrá comunidades que tengan su par, semejantes a otras en obligaciones y oportunidades, y otras impares, que no casan con la vecindad, que de bóbilis, bóbilis, generarán desarreglos más que armonía.
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