POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ).
A comienzos de noviembre serpenteará el rito del humo, trayendo el olor a castañas asadas envueltas en un cartucho de papel estraza, bajo los contraluces con los que nos obsequiarán los días. La Plaza de la Constitución percibe la ausencia del puesto de Lolo, emeritense y castañero, que nos ha dejado en un desafortunado accidente. La muerte de Manuel Fernández Nevado, Lolo que está en los cielos, ha producido un sentimiento de afecto y cercanía en Montijo.
Conmoción en el mundo cofrade emeritense al haber sido capataz del Cristo del Prendimiento, obra de Juan de Ávalos, de la Cofradía de la Paz de la iglesia de San Francisco de Sales. Desde aquí mis condolencias a su familia. Creo, según noticias, que un hijo de Lolo ha seguido los pasos de su padre, continuando con el puesto ambulante de castañas asadas en Montijo. Así, la Plaza de la Constitución no queda huérfana.