CON GUSTAVO ADOLFO FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE GRADO (ASTURIAS)
Resulta difícil, casi imposible, imaginarse una mañana dominical en Grado sin su tradicional mercado. La plaza y las principales calles de la villa conforman un cuadro costumbrista que se repite cada domingo (y cada miércoles) desde hace siglos. Los vendedores madrugan más que el propio sol para preparar este lienzo que se va poco a poco llenando con las pinceladas de gentes y mercancías. La paleta de colores incluye los variados productos de la rica huerta moscona, frutas y frutos de temporada, los siempre citados quesos de afuega´l pitu o los panes de escanda, artesanía, herramientas, ropa y calzado, un arco iris de productos de todo tipo». La descripción corresponde al cronista oficial de Grado, Gustavo Adolfo Fernández, en uno de sus muchos y certeros artículos sobre el concejo y su idiosincraia y, en este caso, sobre el Mercado Tradicional, flamante «Moscón de Oro» local 2024, elegido como tal el pasado viernes.
El mercado moscón, cuyo origen se remonta a la propia fundación de la puebla o pola de Grado allá por el siglo XIII, adquiere una gran importancia social y económica que «se debe sin duda a la posición estratégica de la villa junto a importantes vías de comunicación (el Camín Real de la Mesa y el Camino de Santiago), por ser el centro de una extensa comarca, por las fértiles tierras de su vega y por su proximidad a Oviedo», recuerda Fernández. Precisamente cuando el cronista Álvaro Fernández Miranda habla en 1907 de los “concurridísimos y abundantes” mercados moscones, dice que “en la capital los llaman la despensa de Oviedo”, añade.
Cuenta Gustavo Adolfo Fernández que la cita comercial moscona por excelencia estuvo en alguna ocasión en riesgo de desaparecer hace algo más de un siglo, en 1904, cuando se había promulgado la ley del descanso dominical «que, a pesar de que contemplaba excepciones en su aplicación, puso en serio peligro la continuidad del tradicional mercado de Grado».
«El alcalde moscón, arropado por otros 117 industriales, que firmaron una instancia unida al expediente, reivindica esta excepcionalidad del mercado frente a la ley de descanso dominical. El expediente pasa a informe del Instituto de Reformas Sociales que dictamina denegar la petición del Ayuntamiento porque no estaba demostrada su necesidad e importancia, ya que existe otro mercado los miércoles de todas las semanas. Hay que destacar que seis de los vocales de este instituto hicieron constar su discrepancia del voto de la mayoría. Así, el Ministerio de la Gobernación, aún reconociendo el carácter tradicional del mercado, falla en contra de su excepcionalidad (…) El ayuntamiento no se da por vencido y presenta un contencioso administrativo; la sentencia definitiva, que por suerte revoca la prohibición de celebrar el mercado, no fue leída hasta el 24 de mayo de 1912», escribe Gustavo Adolfo Fernández, recuperando la historia de aquel episodio.
FUENTE: https://www.lne.es/grado/2024/05/26/imposible-imaginar-manana-domingo-grado-102921375.html